¿EL EMPRESARIO PERUANO APRENDE DEL ERROR?

 

 

Hoy en día, las empresas enfrentan una presión cada vez mayor para innovar y competir, pero son menos capaces de tolerar los errores. Por ejemplo, según la Cámara de Comercio de Lima (CCL), el 97% de las microempresas peruanas se mantienen en el mismo nivel incluso después de 10 años. Estas estadísticas demuestran la urgente necesidad de crear una cultura empresarial que no sólo permita aprender del fracaso sino que también fomente el aprendizaje del fracaso como parte integral del camino hacia el éxito sostenible y la competitividad a largo plazo.


Entendemos que la gestión de la innovación implica formular e implementar una serie de proyectos que son riesgosos o susceptibles de fracasar, a pesar de tomar todas las medidas posibles para evitarlo. Incluso las actividades de investigación a menudo no dan los resultados esperados.
Por eso, es importante que entendamos que cualquier actividad innovadora o creativa debe permitir un cierto margen de error y que esto no es malo, especialmente cuando facilitamos la exploración de nuevos mercados, productos, modelos de negocio y procesos. Ser conscientes de esta situación nos permite incluso corregir cualquier error. La tolerancia a fallos contribuye a:

La creatividad, la innovación y el emprendimiento crean un entorno en el que podemos probar libremente nuevas ideas o crear iniciativas sin miedo a cometer errores. Mejore y aprenda continuamente cosas nuevas creando un entorno donde pueda explorar y experimentar, aprender de los errores y mejorar en el futuro.


Reducir el miedo al fracaso, nos permite asumir mayores riesgos de forma más segura dentro de los límites marcados por la empresa y explorar nuevas oportunidades o nuevas soluciones que de otro modo no sería posible aprovechar. La colaboración es cuando te sientes más cómodo compartiendo ideas, experiencias y lecciones abiertamente con tu equipo y con la empresa en general para evitar errores futuros.


Por lo tanto, estar dispuesto a admitir errores crea un entorno favorable para la innovación, la creatividad, el emprendimiento y el aprendizaje permanente. Esto promueve la colaboración y, en última instancia, contribuye al crecimiento y la competitividad de la empresa.



Autora: Francisco Alvarado. Fuente: Diario Gestión- pag.10, 21 de junio del 2024.