ABOULOMANIA Y SINDROME DE RILEY-DAY EN LAS EMPRESAS

 

El cuerpo humano es una gran metáfora de una empresa. La sangre se convertirá en la capital. Sistema digestivo, línea de producción, etc. Es útil comparar cerebros y gestión; y el sistema nervioso y el “sistema de datos neuronales” se entienden como un ecosistema de almacenes activos, flujos de datos y paneles de control que permiten la gestión de la información corporativa. Con base en esta similitud, déjame hablarte de dos condiciones que, al igual que los humanos, tienden a afectar a las empresas.


El primero es el síndrome de Riley-Day. La causa es una mutación en el gen IKBKAP que provoca un mal funcionamiento del sistema nervioso, provocando que el cuerpo no sienta dolor. Por lo tanto, en las empresas, cuando se manifiesta este síndrome, el sistema nervioso de información se atrofia y no permite que las personas sientan dolor, es decir, su sistema de información no transmite al cerebro para controlar o no transmite demasiado tarde al cerebro información que es importante para él. supervivencia, recuerda que la función principal del dolor es advertir al cuerpo que algo anda mal. Se puede decir que se trata de un error tecnológico debido a un ciclo de datos mal diseñado.


Incluso si intentamos crear un gran sistema nervioso de datos (el mejor en big data e inteligencia artificial), la empresa aún puede sufrir psicosis, un trastorno mental que deja a las organizaciones y a las personas incapaces de tomar decisiones. Esto se manifiesta en una serie de síntomas, como una tendencia a sobreanalizar, pedir más información que se pueda ver en la próxima reunión, pedir más información que se pueda ver en la próxima reunión o pedir un diagnóstico. Hoja de cálculo. , etc. piel. la sensación de que estás haciendo algo, incluso la sensación de que estás haciendo algo, incluso si aún no se ha tomado la decisión.

En este caso la culpa no es de la tecnología, como en el punto anterior, sino de las personas que no pueden desarrollar un plan de acción cuando los datos han dicho todo lo que pueden o podrían decir.
Por tanto, la recomendación es clara: antes de pensar en el tratamiento, debemos diagnosticar el problema. Si una empresa es bulímica, lo peor que podemos hacer es invertir en nueva tecnología con una solución existente; y viceversa si tienes síndrome de Riley-Day.


Autor: Sandro Denegri. Fuente: Diario Gestión - pag.09. 05 de junio del 2024.