En la era de las redes sociales y la información instantánea, la comunicación entre nosotros está cambiando inmensamente, mucho más rápido de lo que podemos imaginar. Se acabaron los medios de comunicación. A medida que las redes sociales se vuelven cada vez más importantes en nuestras vidas, nuestra comunicación como sociedad se ha convertido en millones de conversaciones. Ya no nos formamos opiniones juntos ni las formamos en base a la misma información; Lo creamos en los grupos a los que realmente pertenecemos, muchas veces de forma inconsciente, a través de algoritmos de recomendación que nos agrupan en función de nuestros intereses y opiniones. Los medios de comunicación ya no contribuyen por igual a la convergencia cultural. Hoy, nuestra atención está fragmentada y nuestro sentido de comunidad y realidad se filtra a través de las redes sociales. Poco a poco vamos polarizando nuestras perspectivas, poco a poco nos vemos empujados hacia mundos muy lejanos y diferentes entre sí, pero que nos conectan con un gran parentesco interno.

La brecha de opinión entre grupos es muy grande y la brecha dentro de los grupos es muy pequeña. Además de la desintermediación, el aislamiento y la polarización, la información instantánea nos obliga a interactuar en un mundo cada vez más complejo caracterizado por una mayor incertidumbre y menos previsibilidad. La tecnología de comunicación moderna puede eliminar el tiempo y la distancia. El ciclo informativo se ha derrumbado. Hoy en día, las noticias, los testimonios de personas implicadas en la noticia, las opiniones de expertos, las valoraciones de la opinión pública y las decisiones políticas aparecen de forma casi instantánea y simultánea. La difusión de información difundida a través de las redes sociales afecta a la opinión pública en tiempo real, generando mayor incertidumbre y dificultando las decisiones de gestión de crisis. Ya no es posible comprender plenamente los problemas que enfrentamos juntos, porque cada grupo tiene su propia versión, que también está cambiando muy rápidamente. Hoy en día, las redes sociales son el "perro que mueve la cola" de los medios de comunicación.

Al mismo tiempo, cada vez hay más datos sobre todos los aspectos de nuestra vida. Nuestros oficios, movimientos, intereses, opiniones e incluso conversaciones privadas están disponibles con sólo unos pocos clics. Más información no resolverá la complejidad de los problemas que enfrentamos; más bien, requiere que emitamos mejores juicios y evalúemos mejor la incertidumbre. Las dificultades surgen no porque tengamos muy poca información, sino, por el contrario, porque tenemos demasiada información.