UN PAIS DESENCANTADO DE SI MISMO

Perder ocasionalmente no significa perder constantemente. Cuando su equipo pierde ocasionalmente, surgirán la ira, el resentimiento y la frustración, pero todos estos sentimientos serán temporales. Ninguno de ellos habitará en tu espíritu y se convertirá en desesperación o desesperanza. Cuando pierdes regularmente, es una historia diferente. Existe un alto riesgo de que otra pérdida inicie o profundice un ciclo de frustración y desesperanza. Los peruanos, después de una serie de reveses políticos en los últimos años, nos estamos hundiendo en una profunda desilusión con nuestro futuro, como se refleja en la última encuesta de Ipsos, que muestra que el 75% de los peruanos cree que el país está en declive. Y no es un sentimiento nuevo, es simplemente una tendencia que comenzó hace siete años y está empeorando.

Cuando un país carga con una mochila tan pesada, sus ciudadanos tomarán decisiones que sólo empeorarán la situación. Por ejemplo, la mayoría de los jóvenes con un nivel educativo elevado tenderán a migrar, lo que provocará la pérdida de capital humano acumulado que podría utilizarse eficazmente en un país distinto de aquel en el que invirtieron. Esta es una mala noticia para el país. Lo mismo ocurre con el capital financiero, que teme más a un gobierno amenazador que a un gobierno de izquierda, que se puede decir que es un gobierno improvisado, con ideas obsoletas. La semana pasada falleció uno de los economistas más influyentes, Robert Solowa, famoso por ayudarnos a comprender lo que hoy parece obvio: el progreso de una sola nación es simplemente el resultado de un capital humano y financiero comprometido. Cuanto más recolectemos, mayor será el progreso real. Entonces vamos hacia atrás.

El capital se va y con él la esperanza de progreso. Este es un círculo vicioso del que debes ser consciente. Hoy, hemos asistido al colapso de otro país, Argentina, y al inicio de un proceso brutal de ajuste financiero (vivir gastando lo que tenemos) y ajuste estructural (muchos sectores de la economía ya no vivirán de los ingresos que generan). . . ) para el estado). Este proceso maduró hace unos años, pero como dijimos antes, la urgencia de lo que se necesita parece inevitable sólo cuando el populismo no tiene otras opciones. Espero que Argentina no pierda la oportunidad de reiniciar su economía en un modelo neoliberal, en el que el peso del Estado se concentrará en tareas básicas e inevitables: brindar seguridad, impartir justicia y promover un acceso más equitativo a las oportunidades de desarrollo.

La extrema fragmentación de la Asamblea Constituyente y la falta de líderes con mentalidades más amplias nos han impedido impulsar con más fuerza cambios que pudieran sacarnos del atolladero económico que nos ha atormentado en nuestro primer año en el cargo, cuando todos se esforzaban demasiado, pero en diferentes direcciones, etc. No nos movimos en absoluto. Esperemos que el 2024 traiga más empleos formales para las personas, más seguridad para las familias y que el Perú sea siempre la tierra de las oportunidades. ¡Les deseo a todos un feliz año!

 

Autor: Eduardo Moron. Fuente: Diario Gestión - pag.14, 04 de enero del 2024.