Aliadas de la Agroexportación
Las empresas agroexportadoras han sido el cimiento para el explosivo
desarrollo de una serie de especialidades agrícolas y otros negocios paralelos
a esta industria.
Por Marienella Ortiz
Las toneladas de estiércol que se acumulan en los establos
de la costa se han convertido en un bien preciado para los agroexportadores.
Así lo entendió desde hace un año el joven empresario Guillermo
Ludeña, quien no tiene un solo día de descanso en su
labor de acopio de estos desechos, que vende como fertilizantes. Y es que los
residuos de esos animales sirven para enriquecer los terrenos donde crecerá
gran parte de nuestra canasta de cultivos de exportación.
Por ello, Ludeña se salió del
rubro de la construcción y constituyó su empresa, Quebrada Verde, dedicada al
negocio de la materia orgánica. Cada día recolecta entre 200 TM y 300 TM de
estiércol en establos de La
Libertad y Lambayeque, que deben ser repartidas en ocho o
diez traileres con dirección a sus principales clientes, algunos están entre
las más importantes empresas asentadas en Chavimochic.
“El trabajo puede ser duro”, reconoce. Algunos
otros empresarios ya le llevan la delantera en este rubro. Sin embargo, la
competencia no parece ser un problema porque las necesidades de desechos son
mayores a la oferta existente. “Hay 1.000 hectáreas que Camposol comenzó a preparar para dar pie a nuevos
cultivos: Danper también tiene planeado ampliar el
próximo año su frontera agrícola en otras mil hectáreas; mientras que Sociedad
Agrícola Virú también crecerá en 400 hectáreas”,
resalta.
Sin embargo, Ludeña no toma en
cuenta en sus cálculos la próxima segunda etapa de Chavimochic
con nuevas 15. 000
hectáreas.
La frontera agrícola tiene proyecciones de crecimiento en
los próximos cinco años, con proyectos como Olmos (40. 000 hectáreas)
y las segunda etapa de Majes (40. 000 hectáreas).
Con esas cifras en camino serán necesarias ingentes
cantidades de estiércol, si se considera que para preparar un nuevo terreno se
requiere, como promedio, 100 TM de materia orgánica por cada hectárea.
Quebrada Verde representa a una de las empresas que están en
proceso de crecimiento, jalada por la creciente demanda de bienes y servicios
de las agroexportadoras. La venta al exterior de
nuestros espárragos, palta, uvas de mesa, alcachofas, mangos y otros productos
ha generado que se forme una sólida cadena de proveedores muy especializada,
que ofrece diversos servicios. El motor son los millones – superiores a
los US$ 2. 000 millones al cerrar el 2007 – que
están moviendo, lo que ha originado un crecimiento de la frontera agrícola y
nuevas inversiones en tecnología.
Es difícil contabilizar a las empresas que ofrecen hoy
agroquímicos y fertilizantes; que venden maquinarias para el almacenamiento en
frío y otras líneas de procesamiento de alimentos; las que se encargan del
envasado y embalaje de los productos agrícolas; o las que facilitan a las agroexportadoras los servicios de riego tecinificado,
bombas de agua, tuberías y otros accesorios. Cada una de esas empresas tiene
claro que seguirán creciendo mientras lo hagan las agroexportaciones.
Por el momento, no se sabe cuándo culminará ese proceso.
El arte de embalar
Uno de los negocios que tuvo un gran repunte en los últimos
años, gracias a los cultivos de exportación, fue la industria de la cartonería.
Ignacio Cillóniz, gerente de
ventas de Manufacturera de Papeles y Cartones del Perú (MPC), empresa que forma
parte del grupo Gloria, recuerda que hace unos años el calendario de producción
de cajas paraba algunos meses del año, pero hoy eso no es posible. “Antes
habían épocas muertas”, resaltaba.
Los nuevos mercados para ciertos productos explicarían esta
nueva dinámica. De acuerdo con la Asociación de Productores de Cítricos del Perú (ProCitrus), la apertura sanitaria de EE.UU.
a nuestras naranjas ha originado que las exportaciones crezcan 13 veces, al
pasar de 445 TM en el 2006 a 5.965 TM en el año pasado. Y eso obliga a más cajas para los envíos.
Todo esto significó para MPC un proceso de aprendizaje, sobre
todo frente a las exigencias de mayor calidad en el mercado foráneo. Esta buena
racha también la vive Sacos del Sur, empresa que elabora las cajas de plástico
para la exportación de espárragos y frejol chino (snow peas). Los pedidos superan lo que tanto ellos como la
segunda empresa más grande, Surpack, pueden fabricar. “Nuestra capacidad instalada ha sido colmada por los espárragos y el frejol chino. La producción está creciendo año a año y
prueba de esto es que los rendimientos por hectárea de espárragos han subido,
antes 7. 000 kilos por hectárea y ahora llegan a los 18. 000 kilos”,
resalta el gerente comercial de Sacos del Sur, Melitón
Vega.
Es por ello que, para febrero, inagurarán
la ampliación de su planta, con lo cual casi triplicarán la producción actual
(de 3. 300 TM a 8. 400 TM). Así, esperan ofrecer sus servicios a otros
productos frescos – flores, alcachofas, paltas, etc. – que hoy en
día deben importar las cajas de plástico ante la falta de oferta local.
Ahorrando el agua
El agua es un bien escaso. La demanda de mayores campos para
nuevos cultivos es imparable. Ambos factores parecen colisionar. La salida
inmediata es modificar los sistemas de riego, buscar tecnificarlos, con el fin
de optimizar el uso del agua, Javier Hare,
representante de Agrogestión, señala que esa
situación se observa con más claridad en el sur, sobre todo en Ica, es pobre en agua. No hay licencia para perforar nuevos
pozos subterráneos y la única forma de racionalizar el agua es con un sistema de riego por goteo o por aspersión”,
resalta tras indicar que en los últimos dos años han crecido 30% en sus
actividades, gracias a la instalación de dicha tecnología.
Pero Agrogestión no solo está en
el sur del país, la empresa trabaja actualmente en el establecimiento de un
sistema de riego por goteo en las 6. 500 hectáreas del proyecto de caña de azúcar para etanol a cargo del grupo Romero.
De acuerdo con datos de la consultora Información, en los
últimos tres años 10. 000 hectáreas pasaron del riego artesanal a
sistemas tecnificados.
Frío que perdura
“Este año hemos construido y ampliado unas 30 plantas
de frío para diferentes agroexportadoras, las mismas
que son grandes, medianas chicas”,
contabiliza Miguel Grobman, gerente general de Aliterm, empresa que concentra el 50% del mercado de
sistemas de refrigeración para frutos frescos de agroexportación.
Hoy trabajan en la remodelación de la planta de frío de Viña
Tacama y en las ampliaciones de las plantas de
procesamiento de uvas, como es el caso de Complejo Agroindustrial Beta, y de
frutas para Agroindustrias AIB y para Fru Chincha. Estas empresas deben pagar entre US$ 100. 000 y US$ 600. 000 por
la instalación de estas plantas.
Adicionalmente, Aliterm ofrece
maquinarias para líneas de proceso en la agroindustria, básicamente bajo el
objetivo de enfriar y conservar la fruta.
Por ejemplo, se ofrecen las maquinarias que permiten a las
mandarinas cambiar en tres días de look, al variar de
un color verde al naranja intenso.
Pese a esta dinámica, Grobman
considera que recién las empresas comienzan a comprar maquinarias de última
tecnología, tanto para los procesos de exportación de productos frescos, como
para la agroindustria. “La infraestructura de maquinarias es aún básica
pese al nivel de inversiones en los cultivos, y eso es algo que recién ha
comenzado a cambiar durante este año”, comenta. Y menciona que acaban de
vender una máquina clasificadora de frutas con cámaras de televisión a la
empresa Procesadora y Empacadora Huamaní.
Lo importante es que los aranceles para el común de
maquinarias de refrigeración y agroindutria han
llegado a cero en los últimos dos años, refiere. “Antes los agroexportadores pensaban mucho más antes de hacer este
tipo de inversiones, pero ahora estos desembolsos se hacen con mayor facilidad,
gracias a esta ventaja arancelaria”, comenta. Por ello, en los últimos
cuatro años han crecido entre 20 y 25% a nivel de suministros de sistemas de
refrigeración generales.
La especialización cada día gana terreno entre estas
empresas. El objetivo principal es coadyuvar a que las hortalizas y frutas
lleguen a los anaqueles de supermercados extranjeros con la mejor pinta posible
así se obtendrán mejores precios.
Por lo pronto, loa agroexportadores
continúan con sus inversiones e incrementan sus exportaciones, gracias a nuevos
mercados: el ingreso de las uvas a la
China, las mandarinas a EE.UU., las
paltas a Chile. Los mercados se van abriendo para nuevos productos y, en esa
medida, la expectativa es seguir creciendo tanto en el sector de la agroexportación como en el de la agroindustria.
Y esto seguirá jalando a otras empresas aliadas a la agroexportación.