HAY QUE ANALIZAR LOS FUNDAMENTOS

 



Durante gran parte del siglo, la economía mundial parecía ir en la dirección de Japón: bajo crecimiento, inflación por debajo de la meta y tasas de interés bajísimas. Pero la pregunta hoy es si Japón algún día será como el resto del mundo. El 19 de marzo, el Banco de Japón (el banco central del país) elevó las tasas de interés por primera vez desde 2007 cuando la inflación finalmente parecía estar repuntando.


Los tipos de interés para los préstamos a un día aumentarán en una décima de punto porcentual, antes oscilaban entre el 0,1% y el 0%. El Banco de Japón también abandonó su política de control de la curva de rendimiento, imponiendo un techo del 1% a los rendimientos de los bonos a largo plazo. Japón, después de muchos años de mantener una política monetaria extremadamente laxa, ha comenzado a seguir el camino marcado por otras economías a medida que aumenta la inflación. Este es un gran momento. Antes de 2022, la inflación anual en el país asiático había estado por encima del 2% en sólo 12 de los 120 meses anteriores; pero se mantiene por encima de este nivel desde hace 22 meses. Las empresas más grandes de Japón acordaron recientemente aumentar los salarios en un 5,3%, un nivel que habría sido impensable antes de que se apoderara de la inflación global.
Existe la sensación de que los cambios serán permanentes. Los precios de las acciones han aumentado recientemente, el Nikkei 225 superó un récord establecido en 1989 y los inversores son optimistas sobre la economía.


Sin embargo, sería un error decir que Japón ya no es Japón. El problema es que más importantes que las características nominales de la economía, como la inflación, las tasas de interés oficiales y el crecimiento del mercado de valores, son sus características reales y estructurales. Si nos fijamos en los indicadores macroeconómicos de Japón, ni siquiera el aumento de las tasas de interés es lo que parece. El objetivo de inflación anual del 2% que el BOJ dice que ahora está a nuestro alcance es 1,4 puntos porcentuales más alto que la inflación promedio registrada durante los 10 años hasta 2021. El aumento es de 1,4 puntos porcentuales. Este porcentaje de inflación esperada supera la décima parte. aumento de un punto porcentual (0,1) en las tasas de interés, lo que significa que en términos reales no están aumentando sino cayendo. Además, la compañía afirmó en su comunicado del 19 de marzo que espera mantener condiciones de financiación “cómodas” y seguirá comprando bonos.


Autor: The Economist, Fuente: Diario Gestión - pag. 23. 26 de marzo del 2024.