ECONOMIA DE CHINA EN PROBLEMAS

 

Hace dos años, China estaba en la cima. Décadas de milagroso crecimiento económico habían transformado un país pobre en una superpotencia, con un PBI que, según ciertos indicadores, era mayor al de Estados Unidos. Su agresiva respuesta al covid fue muy elogiada y su Nueva Ruta de la Seda, un enorme programa de inversiones en infraestructura en todo el mundo, era una apuesta por ganar influencia global, quizás supremacía.

Pero ahora está tambaleante. Su política de "cero covid", que confinaba ciudades al primer indicio de un brote, resultó insostenible, pero desecharla no ha producido el esperado rebote económico. De hecho, ahora está experimentando una deflación, generando comparaciones con el enfriamiento de Japón en los 90 (aunque a este país le ha ido mucho mejor de lo que cuenta la leyenda). ¿Qué salió mal? ¿Puede China revertir su situación? ¿Cómo debe responder el mundo, en especial Estados Unidos?

Algunos analistas atribuyen el tropezón chino a medidas de su actual liderazgo. Un reciente artículo de Adam Posen, presidente del Instituto Peterson para la Economía Internacional, plantea que China padece "un covid económico largo", un declive de la confianza de su sector privado provocado por la arbitraria intervención estatal, que se inició antes de la pandemia pero se intensificó desde entonces.

Si bien las acciones del presidente chino, Xi Jinping, han sido erráticas, estoy de acuerdo con el grupo de economistas que ven los problemas del país, son más sistémicos. El argumento base es que China, de diversas maneras, refrena el consumo privado, lo que deja al país con inmensos ahorros que tienen que invertirse de algún modo. Eso no era difícil hace 15 o 20 años, pues el PBI podía crecer 10% principalmente poniéndose al día con la tecnología occidental: una economía de rápido crecimiento puede hacer buen uso de grandes montos de capital.

Pero a medida que ha subido el ingreso, el margen para rápidas mejoras de la productividad se ha estrechado, mientras que la población en edad de trabajar ha dejado de aumentary ha comenzado a disminuir. Por ende, ha sido inevitable que el crecimiento sera lentice. Según el FMI, en el mediano plazo, China puede esperar una expansión menor a 4% anual. No está mal duplica lo que la mayoría de observadores espera para Estados Unidos, pero China aún intenta invertir más del 40% de su PBI, lo cual no es posible considerando su desacelerado crecimiento.

Este problema ha sido obvio por más de diez años, pero China pudo disfrazarlo, en particular creando un sobredimensionado sector inmobiliario. La estrategia era insostenible y los errores de Xi habrían adelantado el momento de reconocer culpas, pero ante la ausencia de reformas estructurales, los actuales aprietos eran inminentes. ¿Está China fuera de juego? ¿Tiene razón Posen al afirmar que es "el fin del milagro económico chino"?

Yo no estaría tan seguro. Ya es una superpotencia y es poco probable que sus traspiés terminen con ese estatus. Además, aunque su Gobierno ha sido extrañamente resistente a aplicar reformas que hagan que su crecimiento sea sostenible, no podemos asumir que dicha resistencia continuará indefinidamente.

¿Qué significan los problemas chinos para Estados Unidos? El Gobierno de Biden ha asumido una postura muy dura frente a China más dura en la práctica que la de Donald Trump: está promoviendo la producción local de semiconductores para reducir la dependencia en la industria china, intenta bloquear exportaciones de chips de silicio avanzados y acaba de prohibir algunas inversiones de alta tecnología en ese país. ¿Estas acciones se han vuelto innecesarias ahora. que la marcha de China hacia el dominio global parece estar desapareciendo? Pues no.

No se necesita ser xenófobo para preocuparse por las posibles acciones futuras de una superpotencia cuyo liderazgo parece estar volviéndose más autocrático y más errático con el paso de los años. Tiene sentido intentar reducir la capacidad de hacer daño de esa superpotencia, incluso si pone nerviosos a muchos. Y la posibilidad de que China no sea tan super poderosa como muchos esperan, no cambia ese cálculo.

En todo caso, sus problemas reforzarían el argumento de tomar acciones precautorias. Sus gobernantes han dependido de los logros económicos para legitimarse, pero ahora que afrontan dificultades en el frente interno, más directamente en la forma de un rápido aumento del desempleo juvenil, ¿cómo responderán?

Idealmente, aprobarán reformas postergadas por mucho tiempo que destinen más ingresos a las familias, de modo que una expansión del consumo pueda tomar el lugar de una insostenible inversión. Pero no se necesita saber mucha historia para tener en cuenta que, en ocasiones, los regímenes autocráticos reaccionan a dificultades domésticas tratando de distraera la población con aventuras en el exterior. No digo que eso ocurrirá, pero siendo realistas, los problemas internos de China hacen que se incremente el peligro para la seguridad global.

 

Autor: Paul Krugman. Fuente: Gestión - pag.23, 16 de agosto del 2023.