ATERRIZAJE SUAVE

 

A principios de año, muchos economistas tenían una visión muy sombría respecto de la perspectiva de reducir la inflación en Estados Unidos sin que eso provocase una considerable desaceleración económica y un fuerte aumento del desempleo. Pero lo que ha ocurrido, teniendo en cuenta esas expectativas, ha sido un milagro no tan pequeño. El crecimiento, tanto del PBI como del empleo, ha permanecido sólido, y las mediciones estándar de la inflación subyacente ahora se ubican por debajo de 3% (anualizado).

Los sofisticados modelos estadísticos de la oficina de la Reserva Federal (Fed) en Nueva York señalan lo mismo, y que la inflación subyacente ha caído a la mitad desde su pico del año pasado. Podría haber malas cifras inflacionarias los próximos meses, en particular por cuestiones técnicas. Por ejemplo, los estadísticos del Gobierno pueden estimar los precios de los huevos, pero si bien hacen todo lo posible, los métodos que usan para estimar los precios de los servicios, como el cuidado de la salud, a veces arrojan resultados inverosímiles que suman ruido a la data.

No obstante, la dramática reducción de la inflación subyacente este año es real y corroborada por muchas fuentes, notoriamente por encuestas empresariales.

Los votantes, especialmente republicanos, podrán creer, o asegurar que creen, que la inflación sigue aumentando, pero aunque esta creencia sea políticamente relevante, es errónea.

Así que la gran pregunta económica del momento es qué salió bien. Un artículo académico de Mike Konczal, director de Análisis Macroeconómico del Instituto Roosevelt, subraya que hay dos narrativas que podrían explicar por qué la inflación en Estados Unidos se ha reducido tan rápidamente sin causar penurias. Cabe precisar que esas narrativas no son racionalizaciones ex post, confeccionadas para darle sentido a eventos que nadie esperaba.

Al contrario, varios economistas, yo incluido, las veníamos comunicando durante la época de descontento inflacionario y argumentábamos que el tipo de aterrizaje suave, desinflación sin recesión que hoy parece que estamos experimentando, era posible. Así que punto para los optimistas; pero debido a motivos que explicaré más adelante, es importante determinar cuál narrativa era la correcta.

Una es la llamada "curva de Phillips no lineal". En tiempos normales, parece existir una relación negativa entre desempleo e inflación, aunque es bastante débil, lo que implica que la estrategia de la Fed para bajar la inflación a un nivel aceptable mediante el alza de las tasas de interés, por ende, reducir la demanda total tendría que haber ocasionado un fuerte aumento del desempleo.

Esta narrativa sostiene en una economía sobrecalentada, como la que tuvimos el año pasado, la relación entre desempleo e inflación se torna más estrecha, de modo que la Fed solo habría tenido que causar un modesto aumento del desempleo a fin de lograr un importante declive de la inflación.

La otra narrativa optimista tiene un mejor nombre, aunque pienso que se debe a que yo lo acuñé, creo: "transición prolongada", un juego de palabras basado en el covid prolongado. El argumento es que la inflación seguía elevada hasta inicios del 2023 debido a las duraderas alteraciones en la oferta provocadas porque la economía, al fin, se está normalizando.

Podría haber veracidad en ambas ideas. Pero la curva de Phillips no lineal explica por qué la inflación podría reducirse con un pequeño incremento del desempleo; y no esta acertada al explicar lo que realmente hemos visto, que es una inflación a la baja sin ningún aumento del desempleo (el pequeño repunte de agosto probablemente solo fue ruido estadístico).

Konczal intenta resolver el asunto comparando la desinflación en distintos bienes y servicios. Argumenta que si el factor principal es la mejora de la oferta a medida que los efectos de la pandemia desaparecen, la inflación de bienes y servicios cuyo consumo ha crecido más debería estar reduciéndose más rápidamente, porque su disponibilidad se ha incrementado. Y eso es lo que precisamente ha sucedido.

¿Por qué es importante esta disputa entre los optimistas? Debido a las inquietudes en torno a que la inflación podría volver a acelerarse si la economía se mantiene robusta. Es que si se cree que la inflación cayó ante el enfriamiento de la demanda, hay que preocuparse de que si la economía se vuelve a calentar, por ejemplo, si la Fed deja de subir su tasa de interés demasiado pronto, podría ocurrir un repunte inflacionario.

Pero esto es mucho menos preocupante si lo que estamos viendo, principalmente, son los efectos de la normalización pospandemia. Por ende, veo una creciente evidencia en favor de la transición prolongada.

Dicho esto, los reguladores tienen que seguir vigilantes. Este debate, probablemente, no ha terminado, peor lo que no debería ser tema de disputa es que la inflación se redujo mucho más rápido de lo que predijeron, se redujo mucho más rápido de lo que predijeron los pesimistas, y sin ningún costo visible.

 

 

Autor: Paul Krugman. Fuente: Gestión - pag.23, 13 de setiembre del 2023.