EL MISTERIO DEL PRECIO DEL ORO

 



 

A veces, la bolsa y otros mercados financieros se comportan de modo imprevisible. Los analistas predijeron que los precios de acciones de empresas estadounidenses colapsarían si Donald Trump ganaba la elección del 2016, pero se incrementaron. En ocasiones, empresas que registran ganancias mejores de lo esperado ven que los precios de sus acciones disminuyen. Vislumbrar el futuro debería brindar una ventaja, pero no siempre es así.

Si uno hubiese sabido, a inicios del 2021, que la inflación iba a dispararse debido a extravagantes estímulos fiscales y flexibles políticas monetarias, y que en Europa sería atizada por la guerra, tal vez hubiese destinado los ahorros de toda su vida a adquirir un único activo: el metal precioso que adorna cuellos y muñecas de los millonarios en países donde la inflación es un problema perenne. Sin embargo, el precio del oro apenas ha variado en los últimos dos años. El 1 de enero del 2021, una onza costaba cerca de US$ 1,900 y hoy cuesta US$ 1,960, lo que implica un retorno de 3%.

¿Qué está pasando? Es difícil calcular el precio correcto del oro. Los entusiastas del metal apuntan a su rol histórico como respaldo de la emisión de moneda, su uso enjoyería fina, su suministro finito y su durabilidad física como motivos para explicar por qué tiene valor. Es que, a primera vista, es un fenómeno extraño: a diferencia de acciones o bonos, el oro no genera flujos de caja ni dividendos. Eso proporciona una pista acerca de sus mediocres retornos en años recientes.

Dado que no genera flujos de caja, su precio tiende a estar inversamente correlacionado con las tasas de interés reales, cuando hay rendimientos seguros y altos, como los generados por los bonos del Tesoro, los activos que no generan flujos de caja se hacen menos atractivos. Pese a todo el furor por la inflación, la subida de las tasas de interés ha sido más notable. El resultado es que las expectativas inflacionarias a largo plazo han permanecido sorprendentemente ancladas. El rendimiento del bono del Tesoro a diez años, menos un indicador de expectativas inflacionarias, ha aumentado de 0.25%, a inicios del 2021, a 1.4% estos días.

En el 2021, investigadores de la oficina de la Reserva Federal en Chicago analizaron los principales factores detrás del precio del oro desde 1971, cuando Estados Unidos abandonó el patrón oro, sistema bajo el cual los dólares podían convertirse en oro a un precio fijo. Identificaron tres categorías: como protección contra la inflación, como cobertura contra catástrofes económicas y como reflejo de las tasas de interés.

Luego testearon el precio del oro frente a cambios en expectativas inflacionarias, actitudes hacia el crecimiento de la economía y de las tasas de interés reales usando data anual, trimestral y diaria. Sus resultados indican que todos esos factores afectan el precio del oro. El metal suele proteger contra la inflación y alzas de precios cuando las circunstancias económicas son sombrías. Pero la evidencia fue más robusta para el efecto de las tasas de interés reales altas. El efecto negativo fue visible independientemente de la frecuencia de la data.

La inflación habría sido el más claro impulsor del precio del oro en las décadas de 1970, 1980 y 1990, pero los investigadores anotaron que, a partir del 2001, fueron dominantes las tasas de interés reales a largo plazo y las expectativas sobre el crecimiento económico. La manera en que el precio del oro se ha movido desde el 2021 respaldaría su conclusión: la inflación es importante, pero las tasas de interés reales lo son mucho más.

Todo esto significa que el oro podría funcionar como cobertura contra la inflación-pero esta no es la única variable relevante. El precio del me- tal se incrementará durante periodos inflacionarios si los bancos centrales no hacen nada para con tener la subida de precios, lo que provoca una caída de las tasas de interés reales, o si los inversionistas pierden la fe en la capacidad de los reguladores para volver a tener la inflación bajo control. Hasta ahora, ninguno de esos casos ha ocurrido durante el presente ciclo inflacionario.

Un poco de conocimiento sobre el futuro podría seral- go peligroso. La novela de ciencia ficción "The Gap in the Curtain" ("La brecha en la cortina") de John Buchan, publicada en 1932, cuenta la historia de cinco personas que son escogidas por un científico para participar en un experimento que les permitirá echar un vistazo a lo que ocurrirá dentro de un año. Dos de ellos terminan viendo sus obituarios.

Es el "mejor libro acerca de inversiones que se haya escrito jamás", en opinión de Hugh Hendry, inversionista escocés de fondos de cobertura, porque alienta a los lectores a imaginar el futuro al tiempo que piensan profundamente sobre las causas precisas de ciertos eventos. Tal como los aparentemente desconcertantes movimientos recientes en el precio del oro indican, contemplar el futuro sin reflexionar es un hábito peligroso.

 

Autor: The Economist, Gestión - pag. 22. 20 de julio del 2023.