La inflación en Argentina se desaceleró en junio más de lo esperado por segundo mes consecutivo, prolongando un breve respiro, mientras el costo de la vida sigue aumentando a un ritmo elevado.
Los precios al consumidor subieron un 6% en junio, por debajo de las expectativas de los analistas (6.95%). Frente al mismo mes del año anterior, la inflación se aceleró al 115.6%, la tasa anual más alta desde 1991, cuando la eocnomía argentina salió de un fuerte episodio de hiperinflación.
Las comunicaciones, la salud y los servicios públicos lideraron los aumentos mensuales de precios en junio, según los datos del Gobierno.
Mientras las alzas mensuales de precios se enfrían, se espera que el Directorio del banco central de Argentina mantenga la tasa de interés en un 97% hasta las elecciones primarias del 13 de agosto. Aunque la autoridad monetaria ha soportado la agresión política este año, elevando la tasa del 75% al 97%, no ha logrado controlar la inflación.
Después de seis meses de aumentos constantes, dos meses de inflación moderadamente más lenta serán un alivio para el ministro de Economía, Sergio Massa, candidato presidencial del partido gobernante en las elecciones de este año.
Pero la inflación anual sigue aelerándose en tres dígitos, la cifra ha presionado durante 17 meses consecutivos, mientras que la impresión de dinero, una sequía sin precedentes y los temores implacables de una devoluación de la moneda, alimentada de más aumentos de precios, es el escenario de cara a las elecciones de octubre.
La sequía ha agravado la escasez crónica de dólares en Argentina, provocando una caída estimada de US$20,000 millones en las exportaciones agrícolas.
Fuente: Gestión - pag.22, 14 de julio del 2023.