Flujo de mensajes sigue
imparable pese a que norma tiene casi un año de promulgada
No hay sanciones por
desconocimiento y complejidad del proceso
El
bombardeo de publicidad a través de Internet, mediante el envío indiscriminado
de correos electrónicos conocidos también como “spam”,
se ha convertido en un problema que afecta, fastidia y dificulta el uso
cotidiano, y necesario, que hacemos del e-mail.
Y
esto no debería ocurrir desde el 5 de enero del 2006, pues ese día entró en
vigencia el reglamento de
En
un sondeo web realizado por El Comercio, de los 1.445
participantes, el 80% informó que recibía 'spam'
diariamente, un 12,8% solo algunos días de la semana, otro 5,54% manifestó
tenerlos bloqueados y solo el 1,66% dijo nunca haberlos recibido.
A
pesar de eso y de que Indecopi, organismo responsable
de hacer cumplir la ley y de sancionar a los infractores, asegura tener los
mecanismos técnicos necesarios para seguir el rastro e identificar a los
remitentes infractores, nadie ha presentado una denuncia formal hasta la fecha.
La pregunta es por qué.
Todo apunta a que muy pocos saben de esta ley y de sus alcances. A la escasa
difusión se suman las dificultades para comprobar el delito, que impiden
convertir en denuncias las quejas de los usuarios.
A decir de José Purizaca, asesor legal de
Regula, no prohíbe
Básicamente,
la ley establece dos derechos para los usuarios: rechazar la recepción de los
correos electrónicos que contienen publicidad, así como revocar la autorización
que en determinado momento se puede haber dado a una empresa para que envíe
información comercial por Internet.
El envío de correos electrónicos comerciales no deseados está sancionado si
este continúa llegando después de que el destinatario ha manifestado su deseo
de no recibirlo, antes no. Además, se describen ciertos requisitos que el
mensaje debe tener para ser considerado legal (ver aquí).
De
esta manera, la denuncia del usuario directamente afectado es la única vía para
llegar a los responsables. "¿Pero cómo puede la autoridad sancionar a un
remitente o a un anunciante si el ciudadano no reclama, presenta su denuncia y
dice: Señor, este mensaje yo no lo deseo?", deslinda Pierino
Stucchi, secretario técnico de
El
problema es que el trámite puede resultar algo engorroso. Para que uno pueda
fundamentar su denuncia ante el Indecopi debe tener
pruebas electrónicas (mantener la información en su bandeja de entrada) de que
recibió un correo no deseado, de que lo rechazó y de que después de eso, lo
volvió a recibir.
"Esta realidad de la comunicación a través de Internet presenta retos.
Este no es un sistema tradicional de comunicación física. Esto representa
dificultades en la realidad, pero cuando uno decide ejercer un derecho, tiene
que superarlas", aduce Stucchi.
Para
retribuir al denunciante de un emisor de correos publicitarios ilegales, la ley
establece una recompensa. Una vez que el Indecopi
haya declarado la infracción, el usuario tiene el derecho de acudir al Poder
Judicial y, a través de un proceso sumarísimo, solicitar al juez que ordene al
responsable el pago de 1% de
Según
Jorge Quiroz, administrador de una empresa dedicada al márketing
por Internet, el gran causante del problema de que
Dice
que Konecta y otras diez empresas formales dedicadas
a la emisión de boletines electrónicos, entre otros servicios, ven mellada su
actividad por la presencia de casi un centenar de informales que lejos de pagar
impuestos utilizan una PC en casa, un software comprado en las galerías Wilson
y un CD con base de datos para hacer su trabajo que hoy afecta a miles de peruanos.
15/01/2007
Fuente: Diario
El Comercio