PARA SEGUIR CRECIENDO EL 2025

 

 

El cierre de 2024, con un crecimiento económico del 3.2%, representa un alivio para el Perú tras un período de recesión. Este avance, impulsado por un programa fiscal expansivo enfocado en la inversión pública, también presenta retos significativos, como la falta de cumplimiento de las metas de déficit fiscal. Aunque el Banco Mundial señala que, con reformas clave, el país podría alcanzar un crecimiento de hasta 6%, las proyecciones para 2025 no superan el 3%. Este contexto demanda para el próximo año una estrategia clara que reactive la economía, fomente el empleo y mejore el bienestar de la población.

El futuro económico del Perú estará condicionado por su capacidad para potenciar la inversión pública y privada, diversificar su matriz productiva, elevar el nivel de vida de sus ciudadanos y salvaguardar sus recursos naturales.

Impulso a la inversión privada:
Aunque la inversión pública ha sido un motor importante del crecimiento actual, no es sostenible como único pilar económico. El Gobierno debe fortalecer la confianza de los inversionistas mediante estabilidad jurídica, simplificación de trámites y un combate decidido contra la corrupción. Las alianzas público-privadas resultan clave para desarrollar infraestructura estratégica en sectores como transporte, energía y telecomunicaciones.

Fortalecimiento de la productividad:
La alta dependencia de la economía peruana en actividades extractivas la hace vulnerable a fluctuaciones internacionales. Diversificar la base productiva requiere potenciar sectores como agroindustria, manufactura y turismo, junto con políticas que promuevan innovación y tecnología. Asimismo, invertir en educación técnica y formación laboral es esencial para cerrar brechas de competencias en el mercado laboral.

Inclusión social y reducción de desigualdades:
El crecimiento económico debe reflejarse en beneficios tangibles para toda la población. Para ello, es imprescindible garantizar el acceso a servicios básicos como salud, educación y agua potable en las regiones más rezagadas. Adicionalmente, programas efectivos de protección social pueden amortiguar el impacto de la inflación en los hogares más vulnerables.

Sostenibilidad ambiental como eje prioritario:
Incorporar la sostenibilidad ambiental en la agenda económica no solo es una respuesta necesaria frente al cambio climático, sino también una oportunidad para generar empleo en áreas como energías renovables y gestión de residuos. Normas claras y proyectos sostenibles pueden posicionar al Perú como un referente regional en economía verde.

El desempeño económico del Perú en 2025 dependerá de decisiones estratégicas tomadas con visión, audacia y responsabilidad. Estas acciones no solo influirán en el próximo año, sino también en el desarrollo sostenible y el bienestar de futuras generaciones.


 

Autor: Sección Opinión. Fuente: Diario El Peruano- pag. 10, 26 de diciembre del 2024.