AUMENTAN LOS PRECIOS DEL PETROLEO Y EL ORO ANTE EL INCREMENTO DEL CONFLICTO EN MEDIO ORIENTE

 

 

El conflicto en Medio Oriente ha intensificado la aversión al riesgo entre los inversores y participantes del mercado, quienes temen una escalada que implique la intervención de más naciones y, consecuentemente, afecte la estabilidad económica global. Esta situación se origina en la respuesta de Irán al asesinato de un líder de Hezbollah en el Líbano, atacando directamente a Israel por segunda vez en el año. Los grupos aliados de Irán, como Hezbollah, Hamás y los hutíes, son percibidos como parte de una estrategia más amplia que podría alterar las cadenas de suministro de petróleo, en particular las que dependen de países como Arabia Saudita. La posibilidad de que Estados Unidos y países europeos intervengan para proteger a Israel añade complejidad al conflicto y genera una atmósfera de tensión e incertidumbre global.

Los efectos económicos de esta crisis son evidentes en los mercados financieros, donde los activos considerados riesgosos, como las acciones y las monedas emergentes, se han depreciado. En cambio, activos de refugio como el oro, el dólar y los bonos del Tesoro estadounidense han experimentado una apreciación significativa. Este movimiento refleja el desplazamiento de los inversores hacia posiciones seguras ante el aumento de la incertidumbre geopolítica. Las bolsas globales retrocedieron en promedio un 1%, mientras que el oro alcanzó máximos históricos y el rendimiento de la deuda de Estados Unidos se redujo, reflejando una huida del riesgo. En el mercado de petróleo, el temor a interrupciones en el suministro impulsó su precio hasta un 5% en una sola jornada, a pesar de un contexto de sobreoferta en el año, lo cual plantea un riesgo inflacionario hacia el cierre de 2024.

El incremento de las tensiones entre potencias como Estados Unidos y China, junto con los conflictos en Medio Oriente, Ucrania y Rusia, evidencia un orden global frágil e inestable, exacerbado por un proceso de desglobalización que reduce la interdependencia comercial y complica las respuestas económicas conjuntas. En este contexto, las principales economías podrían experimentar un aumento en los costos energéticos, en tanto que el efecto inflacionario podría retrasar la recuperación económica mundial. Para economías como la de Perú, la situación geopolítica incrementa la apreciación del dólar, generando presiones en el tipo de cambio, mientras que sectores como el minero, específicamente en el ámbito aurífero, se ven beneficiados, ya que el oro mantiene una alta correlación con situaciones de conflicto.

La reacción de los mercados y el desplazamiento hacia activos refugio destacan el creciente nerviosismo y la reducción del apetito por activos de riesgo. La situación es de alta volatilidad, y mientras las fuerzas israelíes planean una respuesta, el conflicto en Medio Oriente se convierte en un “riesgo de cola” para la economía global, con el potencial de influir negativamente en el crecimiento y elevar los costos energéticos. La incertidumbre en torno a la evolución de esta crisis continuará moldeando las decisiones de inversión y la dinámica de los mercados en el corto y mediano plazo.


Fuente: Diario Gestión - pag. 2, 02 de octubre del 2024.