ANSIEDAD DE ESTATUS

 

 

El oro, que alguna vez fue considerado un activo financiero menor tras el abandono del patrón oro en 1971, está recobrando su relevancia en los mercados internacionales. Durante décadas, su atractivo se limitó a la joyería y algunas aplicaciones industriales, mientras que el dólar estadounidense se consolidó como la principal reserva de valor para bancos centrales. Sin embargo, desde finales de 2023, el oro ha vuelto a protagonizar el interés de inversionistas y entidades financieras, alcanzando precios históricos y posicionándose como una alternativa de inversión atractiva. La incertidumbre económica mundial, la inflación y los conflictos geopolíticos han incentivado una demanda que ha impulsado alzas en su precio, atrayendo a diversos actores del mercado, desde individuos hasta grandes instituciones.

Un factor clave en esta recuperación del oro es el interés creciente de los bancos centrales, particularmente en países como China, India y Turquía, quienes han optado por fortalecer sus reservas de oro. Esta estrategia de diversificación refleja preocupaciones sobre la dependencia del dólar estadounidense, especialmente tras las sanciones impuestas a Rusia debido a la guerra en Ucrania. Estas sanciones, que incluyeron el congelamiento de activos y la exclusión del sistema de pagos SWIFT, expusieron los riesgos de depender en exceso de una moneda que puede ser utilizada como herramienta política. Ante esta situación, algunos países han buscado reducir su vulnerabilidad ante posibles "guerras económicas", lo cual ha impulsado tanto la compra de oro como el uso de monedas locales en el comercio exterior.

Además de las reservas en oro, se observa un esfuerzo coordinado entre algunos países, particularmente aquellos miembros del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), para desarrollar sistemas de pago alternativos al sistema de corresponsalía bancaria basado en el dólar. Este cambio refleja una tendencia hacia la desdolarización, impulsada tanto por la influencia económica de China como por el interés en reducir la dependencia del sistema financiero estadounidense. El Banco de Pagos Internacionales (BPI) ha estado desarrollando mecanismos de pagos transfronterizos que podrían facilitar estas transacciones, abriendo la puerta a un sistema de pagos global más descentralizado y menos dependiente del dólar.

Este panorama plantea un desafío significativo para la hegemonía del dólar como moneda de reserva mundial. Aunque el dólar sigue dominando el comercio y las finanzas internacionales, la creciente acumulación de oro por parte de los bancos centrales, junto con los intentos de establecer sistemas de pago independientes, sugiere una posible erosión de su poder a largo plazo. En un contexto donde las tensiones económicas y políticas son cada vez más palpables, el oro se presenta como una reserva de valor segura y una opción atractiva para aquellos países que buscan mayor autonomía financiera. La evolución de estos movimientos podría marcar un punto de inflexión en el sistema financiero global y en el rol del dólar en el mismo, recordando la transición histórica de la libra esterlina al dólar como principal moneda de reserva hace un siglo.

 


 

Autor: The Economist. Fuente: Diario Gestión - pag. 23, 29 de octubre del 2024.