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Actualmente, el crimen y la violencia son preocupaciones centrales para los peruanos, afectando a todas las regiones, clases sociales y grupos etarios. La proporción de personas que han sido víctimas de delitos como robo, secuestro o estafa sigue aumentando. Según Osiptel, se registran más de 4,600 robos de celulares diarios en el Perú, y el valor del dispositivo en sí ha pasado a ser secundario frente al acceso a datos personales, redes sociales, contactos y, especialmente, cuentas bancarias, que pueden ser más valiosos que el propio equipo.

La comodidad que ofrecen los servicios digitales también conlleva una mayor exposición a riesgos de seguridad. La seguridad física y digital se entrelazan cuando los dispositivos móviles y la información personal que contienen se ven comprometidos. En el sector financiero, esto se refleja en un aumento de reclamos por operaciones no reconocidas, que se han convertido en la queja más frecuente entre los usuarios.

La prevención es clave para proteger la información personal y financiera. Mantener actualizadas las aplicaciones, usar contraseñas seguras y métodos de autenticación como huellas digitales o reconocimiento facial contribuye significativamente a la seguridad. En caso de robo de un celular, lo primordial es proteger la integridad física y actuar rápidamente para minimizar posibles daños, ya que el tiempo de respuesta es crucial.

Estadísticas de Asbanc revelan que solo el 4% de los usuarios financieros recuerda el número telefónico de su banco para bloquear sus cuentas. Además, una de cada cuatro víctimas tarda más de una hora en notificar el robo a su entidad financiera, lo que agrava las pérdidas. Las acciones correctivas inmediatas, como los extinguidores en un incendio, deben estar listas para ser ejecutadas cuando la prevención ha fallado, permitiendo mitigar los efectos de un incidente.


Autor: Martin Naranjo. Fuente: Diario Gestion- pag. 16, 9 de julio del 2024.