REDUCIR OBSTACULOS ADMINISTRATIVOS

 

En los últimos años, Perú ha experimentado avances significativos en su camino hacia el desarrollo económico. Uno de los logros más recientes es la eliminación de 1,046 barreras burocráticas en las municipalidades de Lima y Callao, una iniciativa impulsada por la Comisión de Eliminación de Barreras Burocráticas (CEB) del Indecopi. Esta acción representa un avance crucial, pero también destaca la necesidad urgente de reformar el sistema estatal para alcanzar un desarrollo económico más sólido y sostenible.

Las barreras burocráticas, como los requisitos excesivos para obtener licencias de funcionamiento y el Certificado de Inspección Técnica en Seguridad de Edificaciones (ITSE), han sido un obstáculo considerable para las empresas en Perú. Estos impedimentos no solo complican y retrasan la apertura de negocios, sino que también incrementan los costos operativos y desalientan la inversión. En un país donde el emprendimiento es un motor clave para la creación de empleo y el crecimiento económico, este tipo de trabas puede tener efectos adversos.

La eliminación de estas barreras mejora el ambiente para los empresarios y ofrece una oportunidad para modernizar el sistema administrativo del país. La eficiencia en los procesos gubernamentales no solo beneficia a las empresas, sino que también fortalece la confianza en las instituciones y en el sistema económico en general. Al simplificar los trámites y reducir la burocracia, se liberan recursos valiosos que pueden ser reinvertidos en innovación y crecimiento.

No obstante, es crucial que este esfuerzo no se detenga en el éxito alcanzado hasta ahora. La eliminación de las 1,046 barreras es un progreso, pero muchas más persisten en distintos niveles de gobierno y en diversas áreas del sector privado. Para que Perú pueda aprovechar plenamente su potencial económico, es necesario mantener un enfoque continuo en la simplificación de los procesos administrativos. Esto no solo implica eliminar regulaciones obsoletas, sino también asegurar que las nuevas normativas sean claras, justas y adecuadas.

El Gobierno y las autoridades locales deben adoptar un papel activo en este proceso. La colaboración entre los sectores público y privado es esencial para identificar áreas problemáticas y desarrollar soluciones efectivas.

En resumen, la reciente reducción de barreras burocráticas es un paso positivo hacia un Perú más dinámico y competitivo. Sin embargo, el verdadero indicador del progreso será la capacidad del país para continuar reformando su sistema administrativo y adaptarse a las demandas del siglo XXI. Solo a través de una reforma constante y un enfoque decidido en la eliminación de obstáculos burocráticos, Perú podrá alcanzar su verdadero potencial y asegurar un futuro próspero para todos sus ciudadanos.


 



Autor: Editorial Opinión. Fuente: Diario El Peruano- pag. 20, 16 de agosto del 2024.