INTERCAMBIO DE FAVORES
En medio de la guerra comercial entre Occidente y China, ha surgido un nuevo frente de batalla en torno a los vehículos eléctricos (VE). En mayo, como parte de su ofensiva contra la tecnología china, Estados Unidos impuso un arancel del 100% a las importaciones de VE fabricados en China. Por su parte, el 22 de julio, Canadá inició un proceso de consulta sobre lo que denominó "prácticas comerciales desleales chinas" en la industria de VE.
Poco después, la Unión Europea (UE) implementó un arancel provisional de hasta el 37,6% a la importación de VE chinos. El 10 de julio, tras la apertura simbólica de una investigación antidumping al brandy europeo, el Ministerio de Comercio de China expresó que no tomaría a la ligera las acciones de la UE y examinaría si estos aranceles generan barreras al libre comercio.
Las empresas automotrices occidentales con grandes operaciones en China temen verse atrapadas en medio de este conflicto, sumándose a las primeras víctimas del aumento de tensiones. Las agencias gubernamentales chinas han recibido instrucciones de deshacerse del software y hardware fabricado por compañías estadounidenses como IBM, Microsoft y Oracle, supuestamente por razones de seguridad nacional. A algunos funcionarios incluso se les ha prohibido adquirir iPhones de Apple.
En este contexto, Tesla se presenta como el objetivo más evidente para China en esta disputa de VE, debido a su significativa presencia en el mercado chino y su constante competencia con BYD Auto por el liderazgo mundial en la producción de vehículos eléctricos. Sin embargo, en lugar de salir perjudicada, Tesla ha cosechado varios éxitos en China.
En abril, Elon Musk, CEO de Tesla, logró un acuerdo para utilizar datos de mapeo de una empresa local en su nuevo sistema de vehículos autónomos. En junio, Tesla obtuvo la aprobación para probar este sistema en Shanghái. Lo más sorprendente es que este mes, el gobierno de la provincia de Jiangsu incluyó a Tesla en su lista oficial de proveedores.
Esta decisión se tomó a pesar de que previamente se había informado que los vehículos Tesla estaban prohibidos en lugares sensibles, como aeropuertos, debido a que sus sensores recopilaban demasiada información. La medida permite a entidades estatales y del Partido Comunista adquirir vehículos Tesla, otorgándole a la compañía un estatus casi equivalente al de una empresa local.
¿Por qué tanta consideración hacia Tesla?
No está del todo claro por qué Tesla parece estar blindada. Puede que Musk haya convencido al premier chino, Li Qiang, de que sus vehículos no representan una amenaza para la seguridad nacional durante su reunión en abril en Pekín. O quizás, como sospechan algunas fuentes cercanas a la fábrica de Tesla en Shanghái, los éxitos de Tesla en China estén vinculados con la reciente cercanía de Musk con Donald Trump.
Es posible que Trump regrese a la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre. Si Musk se convierte en asesor presidencial, como algunos especulan, podría influir en el "crítico principal de China" para moderar su postura. También circula una explicación menos conspirativa de la buena fortuna de Tesla. El trato favorable que recibe la empresa de Musk refleja la delicada situación en la que se encuentra el gobierno chino.
Por un lado, debe mostrarse firme ante las potencias hostiles que acusan a las empresas chinas de inundar mercados con productos subsidiados. Por otro lado, a medida que la economía china se desacelera, el gobierno está tratando de enviar señales de que el país sigue siendo receptivo a la inversión extranjera. En este escenario, tomar medidas severas contra uno de los inversionistas extranjeros más prominentes enviaría un mensaje equivocado.
Por lo tanto, el gobierno chino podría optar por un contraataque más calculado. Un resultado probable sería el aumento del uso de restricciones a las exportaciones, un arma preferida por Estados Unidos. China ya ha detenido sus exportaciones de galio y germanio, minerales cruciales para dispositivos electrónicos, incluidos los utilizados en autos eléctricos.
También podría actualizar su lista de exportaciones controladas en áreas donde las empresas occidentales dependen de la propiedad intelectual china. En diciembre, la tecnología lidar, que funciona como un radar impulsado por láseres y se utiliza en sensores de vehículos autónomos, fue incluida en esa lista, junto con innovaciones en edición genética y biología sintética. Es probable que veamos más acciones de este tipo en el futuro.
Autor: The Economist. Fuente: Diario Gestión - pag. 23, 16 de julio del 2024.