EL URANIO SE DISPARA

 

La historia es familiar: un metal que antes se comercializaba en un rincón tranquilo de los mercados de materias primas se vuelve esencial para la transición energética. La escasez de oferta y los conflictos geopolíticos se enfrentan a pronósticos de una demanda en constante aumento y un aumento de su precio a medida que los inversores anticipan escasez. La única diferencia en este caso es que el metal en cuestión, el uranio, no es materia prima para coches eléctricos o paneles solares, sino para reactores nucleares, cuya tecnología se conoce desde hace décadas. Y su precio está fuera de serie. Almacenar óxido de uranio, una vez procesado y enriquecido para convertirse en el principal combustible para bombas y reactores nucleares, parece una estrategia más adecuada para los villanos que para los inversores. Pero los especuladores de hoy tienen muchas maneras de obtener ganancias. Los intercambios favoritos incluyen Yellow Cake y Sprott Physical Uranium Trust.

La primera es una empresa que compra y almacena uranio. En los últimos cinco años, el precio de las acciones de la empresa ha aumentado un 160%. El segundo es un fondo de rendimiento similar y ha obtenido una rentabilidad del 119% desde su lanzamiento en 2021. Los fondos de cobertura también han entrado en la industria. Resulta que estaban acaparando metales y comprando opciones de uranio a los bancos. Según la consultora UXC, los precios al contado han aumentado de 30 dólares por libra en enero de 2021 a un máximo reciente de más de 100 dólares, el más alto en 16 años.

El aumento inicial fue alimentado por rumores de que los gobiernos occidentales impondrían sanciones a la empresa rusa Rosatam. Mientras tanto, los países occidentales están intentando construir sus propias cadenas de suministro, ya que Rosaton posee más de la mitad de la capacidad mundial de enriquecimiento de uranio. En diciembre, Estados Unidos, Francia, Japón y el Reino Unido se comprometieron a invertir 4.200 millones de dólares en instalaciones para separar isótopos de uranio-235, el único uranio natural que puede sufrir fisión, una característica que la mayoría de ellos no tiene. uranio-238.

El mundo necesita electricidad con bajas emisiones de carbono y la energía nuclear es una de las pocas opciones disponibles. Varios gobiernos han anunciado planes para ampliar su capacidad. Suecia ha anunciado la construcción de dos reactores para 2035 y 10 más para 2045. Japón reabrió tres instalaciones el año pasado. Estados Unidos puso en marcha recientemente su primer reactor nuevo en ocho años. Todo esto no es nada comparado con China, que planea construir 150 reactores en los próximos 10 años. No es de extrañar que vengan inversores.


Sin embargo, hay razones para ser cautelosos. Níger es sólo el séptimo mayor proveedor del mundo y no está claro si habrá una disminución sostenida en la producción de metales. Además, muchos gobiernos tienen reservas que se compran con fines de defensa y pueden utilizarse con fines civiles. Lo único que los inversores pueden adivinar es el volumen que se utilizará para este fin. Las empresas de energía tienen sus propias fuentes de suministro, que normalmente duran varios años.

Autor: The Economist. Fuente: Diario Gestión - pag. 23, 07 de marzo del 2024.