A PROPOSITO DEL DIA MUNDIAL DE LA EFICIENCIA ENERGETICA

 

 

Cuando hablamos de eficiencia energética, el 5 de marzo se celebra el Día Mundial, normalmente nos referimos a electrodomésticos de bajo consumo o bombillas de bajo consumo. Pero la eficiencia energética es mucho más que eso. Implica el uso racional y óptimo de los recursos energéticos disponibles, aportando beneficios económicos, ambientales y sociales.

¿Cómo van las cosas en el Perú? Analizando el equilibrio entre la oferta y la demanda energética en el Perú, vemos que los recursos disponibles en el país no son proporcionales a lo que consumimos. Perú cuenta con abundante gas natural, hidroelectricidad y recursos renovables como el viento y la radiación solar. Sin embargo, el Perú consume principalmente combustibles fósiles derivados del petróleo recurso del que cada vez producimos menos, mientras que el consumo de gas natural no sólo se centra en la producción de energía térmica sino que también tiene una gran concentración en Lima.

Sin embargo, la construcción de una importante represa hidroeléctrica no ha comenzado en más de 12 años -la más reciente fue la represa Cerro del Águila, que comenzó en 2012 y las fuentes de energía renovables representan solo el 5% de la generación de la matriz. A lo largo de los años, la política fiscal ha debilitado la eficiencia de los recursos. Hasta la primera década de este siglo, el Ministerio de Economía y Finanzas (MF) modificaba los precios relativos de los combustibles a través del ISC y favorecía el consumo de diésel frente a la gasolina. En un momento dado, también castigó el uso de gas natural licuado, que se había vuelto abundante desde la llegada de Camisei, por causar contaminación por queroseno. Hoy en día, estas distorsiones fiscales se han reducido pero no eliminado por completo. En el sistema eléctrico, el suministro de energía tampoco está optimizado.

Por un lado, se han observado situaciones en las que las centrales hidroeléctricas vierten agua de turbina ante la imposibilidad de cerrar las instalaciones de gas. Por otro lado, la red eléctrica también parece sobrecargada, lo que obliga a las unidades generadoras más caras a cerrar pedidos de despacho externos, aumentando los costos de producción de electricidad. Por tanto, asegurar una mayor flexibilidad del sistema de generación y fortalecer la red de transmisión son objetivos estrechamente relacionados con la eficiencia energética.


Autor: Juan Miguel Cayo. Fuente: Diario Gestión- pag.10, 29 de febrero del 2024.