CHINA Y SUS ROBOTS

 

 

El primer intento de China de desarrollar un robot humanoide fracasó. La máquina, producida en 2000 en el Instituto Nacional de Tecnología de Defensa, parece una tostadora andante y se ha convertido en objeto de burla en el vecino Japón, donde el robot se presenta en muchos colores más nítidos. Se describe como el arma secreta de China, diseñada para hacer morir de risa a los enemigos.
Pero China sobrevivió. El amor de este país por los robots va más allá de los robots que caminan y hablan. Según la Federación Internacional de Robótica, en 2022 la mitad de los robots industriales del mundo estarán equipados en China. Este es el quinto nivel más alto de automatización del país (número de robots por empleado). Impulsada por el orgullo y las apremiantes preocupaciones demográficas, China ha decidido convertirse en una superpotencia de la robótica. Muchos de sus nuevos dispositivos son brazos mecánicos programables, pero de aquí a 2022 también se producirán 6 millones de "robots de servicio", que ayudarán a los humanos a realizar tareas distintas a la automatización industrial, como mover cajas en un almacén o limpiar un hotel. Porque

El Partido Comunista, dirigido por Xi Jinping, se toma en serio esta cuestión: sus funcionarios creen que su país se quedó atrás y fue humillado por las potencias occidentales en el siglo XIX, en parte porque no aceptó las revoluciones tecnológicas de aquella época. El impresionante crecimiento económico de China en las últimas décadas es el resultado de tres factores principales: la expansión de su fuerza laboral urbana, su capital y su productividad. Sin embargo, ahora se necesita menos infraestructura nueva y la población en edad de trabajar se está reduciendo; Se espera que disminuya en más del 20% para 2050. A principios de 2023, el Gobierno anunció una lista de 100 ocupaciones con escasez de mano de obra, incluidas 41 ocupaciones manufactureras. Solía ​​haber un exceso de oferta de mano de obra joven y barata, pero ahora los salarios son altos y hay menos trabajadores. Por lo tanto, Xi Jinping ha hecho del aumento de la productividad una máxima prioridad. El gobierno cree que los robots desempeñarán un papel importante en estos esfuerzos. La experiencia de China durante la pandemia confirma esta tesis:

Las cuarentenas interminables han obligado a cerrar fábricas y a las empresas occidentales a repensar sus cadenas de suministro. La salud no es un problema con los robots. Muchos de los problemas de las fábricas están relacionados con la agricultura: el agricultor medio tiene más de cincuenta años y pocos jóvenes quieren sustituirlo. Los países con problemas similares a menudo importan alimentos o mano de obra barata, pero China está paranoica con respecto a la seguridad alimentaria y no le preocupa la inmigración. Los robots podrían ser la respuesta: algunos aspectos de la industria, como el ordeño, podrían automatizarse fácilmente; Otros son más complicados pero parecen factibles a pequeña escala.
Con el tiempo, los robots podrán sustituir a los trabajadores mayores y contribuir a su cuidado. Robots no demasiado complicados pueden ayudar a las personas mayores a ducharse o despertarse. Los gigantes tecnológicos nacionales están investigando el asunto. En 2022, la empresa de inteligencia artificial iFlytek anunció que quiere enviar robots a residencias de ancianos para proporcionar servicios de comunicación y gestión de la salud.

El gobierno no tendrá que preocuparse por reacciones contrarias a sus planes. Según las encuestas de opinión, la mayoría de los ciudadanos chinos cree que los robots crearán más puestos de trabajo de los que destruirán. Por supuesto, China es un país tecnológicamente optimista, aunque a ello contribuye el hecho de que los sindicatos independientes están prohibidos.


Autor: The Economist. Fuente: Diario Gestión- pag.19, 04 de enero del 2024.