PARRILLADA CHINA

 

 

Durante las últimas décadas, la pequeña ciudad industrial china de Zibo ha sido conocida por su producción petroquímica. Pero en meses recientes, se ha convertido en el centro de un fenómeno en redes sociales y de una manía nacional por las parrilladas como nunca antes se había visto en el país. Los turistas han inundado la ciudad, ubicada en la provincia de Shandong, expectantes por probar sus míticas brochetas y publicar videos en Douyin, la versión china de TikTok.

A fin de dar cabida a las multitudes, coliseos han sido transformados en comedores improvisados, y para facilitar el abastecimiento de carney parrillas, bancos locales han comenzado a otorgar préstamos con bajos intereses diseñados específicamente para comerciantes de productos relacionados con el negocio. Para la semana del Día del Trabajo, una de las más importantes del año en compras y entretenimiento, Zibo fue incluida en la lista de destinos turísticos top junto con otros lugares populares como la Gran Muralla y ay los Guerreros de Terracota.

Esa frenética actividad parrillera debería estar ayudando a China a recuperarse de su desastrosa era de "cero covid". Los analistas han resaltado que el consumo será el sector esperanzador de la economía china este año, frente a proyecciones pesimistas para construcción y manufactura. A primera vista, la actividad durante dicho feriado parece haber sido potente.

La reanudación del turismo interno ha sido impresionante: un número récord de 274 millones de personas viajó, 19% más que antes de la pandemia. Hace unos pocos meses, una corta excursión era motivo para ser obligado a una prolongada cuarentena. Sin embargo, otra data revela una recuperación modesta solamente a niveles del 2019, no por encima de ellos. Aunque más gente ha viajado este año, el gasto per cápita fue 10% más bajo que el 2019, según el banco HSBC.

Como resultado, los ingresos por turismo interno apenas crecieron 0.7% respecto de hace cuatro años. "Los consumidores chinos no han regresado a la normalidad", advierte el CEO de una firma administradora de activos. Están enfocados en comida y diversión, no en artículos de alto precio como autos, añade. En los primeros cuatro meses del año, las ventas de autos cayeron 1.4% respecto del mismo periodo del 2022.

Los jóvenes viajan, pero gastan menos. Desde el fin del cero covid, muchos se describen como turistas "de operaciones especiales": llegan a un lugar, permanecen allí, gastan lo menos posible y se trasladan al siguiente destino. Esa actividad se ha convertido en una especial de deporte en el que los jóvenes visitan una lista de sitios populares y la verifican posteando fotos en sus redes sociales. Las brochetas de Zibo figuran entre los artículos prioritarios de esas listas.

Pero la frugalidad juvenil no es lo único detrás de las débiles cifras del consumo. En el primer trimestre, el ingreso urbano disponible apenas creció, al menos para los estándares chinos (2.7% en términos reales, respecto del mismo periodo del 2022), señala Raymond Yeung, economista jefe del banco ANZ. El 20% de jóvenes está sin empleo, el doble que en abril del 2019, agrega.

Las brochetas de Zibo son el placer perfecto para el viajero con poco presupuesto. Los comensales se sien- tan en mesitas y tras retirar ellos mismos la carne de la parrilla (pequeña y calentada con carbón), la pasan por una pasta de ajo y pimiento picante, y luego por una mezcla de ajonjolí y maní. Una botella de la cerveza local cuesta US$ 0.40. Cuatro personas pueden comer y beber durante horas por menos de US$ 50.

Pero la manía es por más que la comida. Un proveedor de parrillas que ha operado una tienda por varios años en la ciudad puntualiza que cualquiera puede vender brochetas, pero lo que la gente de todo el país busca en Zibo es la generosa hospitalidad de Shandong. Sin embargo, también se ha generado controversia. El popular escritor Wu Xiaobo escribió recientemente que las tendencias virales de Internet, que se manifiestan en calles de ciudades como Zibo, son evidencia del funcionamiento de una robusta economía de libre mercado en China; su artículo suscitó tal reacción en contra que ha sido censurado.

Otros son menos optimistas. Un artículo ampliamente difundido, escrito por el catedrático Liu Yadong, asevera que la tendencia es evidencia de la degradación social en ese país, con los jóvenes obsesionados en novelerías online que tienen escaso valor cultural. Otro artículo, cuyo autor es Wang Mingyuan, analista de un centro de investigación, señala que la moda parrillera es señal del fin de un ciclo económico que ha durado décadas.

Sostiene que las ciudades pequeñas, donde vive la mayor parte de la población china, se han quedado sin motores de crecimiento estándar; el beneficio demográfico está reduciéndose a medida que la población del país envejece. Por tanto, los funcionarios locales se aferran a cualquier moda surgida en Internet que les salga al paso. Así que Wang pregunta cuánto tiempo más durará la fiesta parrillera.

 

 

Autor: The Economist. Publicado en Gestión, 16 de mayo del 2023.