INTERNET, EL REY DEL CONSUMO

 

 

En el 2022, un día cualquiera en la actividad cotidiana de un peruano 'de a pie', como nosotros, tiene por lo menos cuatro hábitos que ya son parte de la rutina: teletrabajo, educación a distancia, salud digital y, por qué no, comercio electrónico.

Con matices, y como consecuencia de una adaptación sobre la marcha a la virtualidad, hemos aprendido a digitalizar nuestros quehaceres diarios. Este es un cambio que no se restringirá a la emergencia sanitaria que comenzó en el 2020.

"En muchos aspectos, lo que ha provocado la pandemia del COVID-19 será permanente. En el mundo de las telecomunicaciones, por ejemplo, el coronavirus terminó de consolidar una tendencia: hubo un salto importante en el uso, la tenencia y el tráfico de Internet", refiere a Carlos Huamán, CEO de DN Consultores, empresa especializada en economía digital.

De hecho, el equipo DN ha elaborado un estudio para graficar el despegue de la conectividad digital en el Perú, sobre todo en los últimos tres años. Según el 'dossier', si bien el acceso a Internet mostraba un crecimiento sostenido en nuestro país antes del 2019, el contexto de encierro que provocaron las sucesivas cuarentenas, aceleró ese avance.

Así, entre el 2017 y el tercer trimestre del 2021 el número de usuarios de Internet en nuestro país pasó de 14 millones a 23 millones.

En ese mismo periodo, el número de conexiones a Internet móvil saltó de 22 millones a 27 millones, lo que supone a la fecha, una penetración del 83% respecto a la población total del Perú. No sólo aumentaron los portadores, sino que el tráfico también se intensificó: el consumo de datos móviles por persona pasó de 1Gigabyte (GB) al mes en el 2017 a estar actualmente en más de 9GB.

En línea con ese avance, muchas pymes se sumaron a esta ola a través del comercio electrónico. Y algo similar ocurrió con la provisión del servicio de educación, destaca Huamán.

UNA CONEXIÓN MÁS VELOZ

En detalle, vale decir que el incremento de conexiones de Internet fijo fue más tenue respecto al móvil. Durante el periodo referido (del 2017 al 2021), se pasó de 2,6 millones de conexiones fijas a 3 millones, logrando (solo) una penetración del 34% de hogares en el país.

Lo que sí cambió radicalmente fue el tipo de conexión contratada, apuntan desde DN Consultores. En el 2017, apenas el 6% de hogares conectados en el Perú contaba con una velocidad superior a 16 Megabyres por segundo (mbps). Actualmente, el 87% cuenta con esa velocidad.

Todo ello, por supuesto, deja ver una serie de oportunidades de negocio, como han indicado, cada uno en su momento, el gerente general de Claro Perú, Humberto Chávez, y el ex CEO de Entel Perú, Ramiro Lafarga. Ambos han señalado a nuestro suplemento que el gran desafío que se viene para las operadores 'telecom' en nuestro país es crecer en los negocios país es crecer en los negocios de banda ancha del hogar y en la conexión de datos para empresas, por ejemplo.

URGENTE, MÁS ANTENAS

A estas alturas del 'boom' por el Internet en nuestro país, está claro que el despegue por su consumo no hubiera sido posible sin un soporte de infraestructura de redes y antenas. El significativo aumento de estaciones base en el Perú, durante la última década, permitió contener esa demanda, hasta ahora.

Aquí vale la pena recordar que, entre el 2011 y 2020, nuestro país pasó de contar con cinco mil antenas a 29 mil, instaladas en distintos puntos del territorio nacional. "El desafío ahora será prepararnos para responder al crecimiento (geométrico) que se viene", proyecta Abel Mellado, consultor senior de DN Consultores.

Precisamente, en setiembre del año pasado, Rafael Muente, presidente del Organismo Supervisor de la Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel), estimó que para el 2021 se encestarán 60.771 antenas para teléfonos e Internet móvil en el Perú, lo que significa que en los próximos cuatro años se deberán levantar 36.000, si el objetivo es mejorar la calidad de nuestras conexiones.

Hay que aclarar, sin embargo, que esta demanda está circunscrita a la tecnología 4G. "Porque si estuviéramos hablando de 5G, más bien precisaríamos de unas 360.00 estaciones", anota Huamán.

¿Por qué es tan necesario este despliegue? Según proyecciones de Osiptel, el consumo de datos por usuario en el país alcanzará los 27GB al mes en el 2025 (es decir, unas tres veces el registro actual).

REDUCIR LA BRECHA DIGITAL

Lo dicho hasta este punto se basa en una mirada general sobre el consumo de Internet en el Perú. Pero si se analiza con foco en las necesidades de las poblaciones rurales, donde el 58% de los habitantes no tienen ningún tipo de cobertura, ahí los objetivos son más de corto plazo.

Tanto Huamán como Mellado explican que, dada la urgencia, el futuro crecimiento de la penetración de Internet debería impactar sobre todo en los tres millones de peruanos del sector rural que precisa estar conectado.

Para que este trabajo sea más expedito, desde DN sugieren que se amplíe la vigencia de la Ley 29022, que culmina en mayo de este año, pues esto facilitaría la instalación de infraestructura de telecomunicaciones, por ejemplo, a través del llamado 'silencio administrativo positivo', entre otras fórmulas.

Recomiendan también promover la compartición de infraestructura entre operadores, lo cual es más eficiente en costo y reduce la contaminación visual.

AVANZA LA FIBRA ÓPTICA

En este camino de buscar más eficiencias, algunas empresas están apostando por el servicio vía fibra óptica, como es el caso de WIN, WOW Perú y Ultra, entre otras.

En el caso de Win, su CEO, Víctor Jáuregui, refiere que ellos han crecido 400% el año pasado, en términos de número de usuarios, gracias a su oferta de fibra óptica. "El servicio de Internet es esencial. El usuario entiende que debe tener un servicio de calidad. Que en su casa puedan conectarse en simultáneo varias personas", ratifica el ejecutivo, quien añade que han logrado presencia en el 80% de Lima metropolitana y suma operaciones en Piura, Trujillo, Chimbote, Chiclayo.

La fibra aún no se ha masificado en el Perú, pero es seguro que su demanda crecerá en los próximos años. O quizás ese salto sea todavía más inmediato.

 

Publicado en el Comercio, 04 de abril del 2022.