TÓMESE UN DESCANSO

 

"Have a break ("Tómate un descanso") es el eslogan de la marca de golosinas KitKat, pero podría ser un buen consejo para cualquier gerente o trabajador, pero sin las calorías. Es que a medida que se prolonga ininterrumpidamente, la labor se vuelve menos eficiente.

En un nuevo artículo para la Royal Society (Reino Unido). Tobias Baer y Simone Schnall examinan las decisiones que toman ejecutivos de créditos de un banco líder durante su jordana laboral. Los académicos señalan que la fatiga decisoria "implica típicamente una tendencia a regresar a la opción 'default', es decir, tomar decisiones que impliquen poco esfuerzo mental"

El estudio examinó el proceso para reestructurar préstamos, cada ejecutivo examinaba 46 solicitudes por día. La tasa de aprobación fue de alrededor de 40%, de modo que la decisión de default era rechazar propuestas. Los ejecutivos solían comenzar a trabajar entre 8 a.m. y 3 p.m., y terminaban su jornada a las 6 p.m.

Los investigadores hallaron que la tasa de aprobación se reducía significativamente entre 11 a.m. y 2 p.m., a medida que se acercaba la hora de almuerzo, subía después de las 3.pm. y volvía a disminuir durante las últimas dos horas de trabajo. Las solicitudes eran distribuidas a los ejecutivos por el sistema automatizado del banco, de modo que fueron asignadas aleatoriamente. No hay señales de que los préstamos evaluados alrededor del almuerzo fuesen de calidad distinta que los del resto del día.

Lo ingenioso de este artículo es que los autores pudieron constatar si los préstamos fueron pagados posteriormente. Encontraron que rechazar una solicitud de reestructuración hacía menos probablemente que el préstamo fuese pagado.

De ese modo, calcularon que la fatiga decisoria, al causar un mayor número de rechazos, le costaba dinero al banco: alrededor de US$ 500,000 en un mes.

Similares patrones han sido vistos en otras situaciones. Un estudio muy citado a jueves isrelíes halló que tenían menor probabilidad de otorgar libertad condicional a medida que se acercaba el almuerzo y se volvían más benévolos cuando tenían los estómagos llenos. Otra investigación encontró que los médicos tenían una probabilidad creciente de recetar antibióticos, aunque pudiesen no ser necesarios, a medida que transcurrían sus turnos.

En algunas áreas laborales, los descansos son considerados un asunto de seguridad vital. En la Unión Europea, por ejemplo, los choferes de camiones tienen que hacer pausas de 45 minutos por cada 4 horas y media que estén al volante.

La actividad mental puede resultar en agotamiento físico, como puede dar fe cualquiera que haya pasado un día en sucesivas reuniones. En medio de un viaje de negocios, nada puede parecer más atractivo que el silencio de una habitación de hotel, sin clientes a la vista a quienes se tenga que cautivar o apaciguar.

Los descansos también pueden potenciar la creatividad. Es fácil que el cerebro pierda visión periférica cuando trabaja mucho y hay momentos en que la mente necesita deambular libremente. Según Kevin Cashman, líder global de Desarrollo CEO y Ejecutivo de la consultora Korn Ferry y autor del libro "The pause Principle" (2012), los ejecutivos dicen que sus mejores idea suelen surgir cuando están ejercitándose, duchándose o trasladándose desde y hacia la oficina.

Tomar un descanso lejos del trabajo, aunque sea yendo a un café, puede ser la única manera práctica para que los trabajadores recarguen sus pilar mentales. Muchos tienen pasatiempos armar rompecabezas, resolver crucigramas o tejer que son placenteros porque solo usan parte de sus mentes y evitan el aburrimiento. Sin embargo, son considerados inadmisibles en la oficina.

Esto es irónico pues es improbable que molesten al resto, mientras que charlar, que es muy probable que perturbe a otros, es visto como una distracción perfectamente aceptable. Uno de los elementos más agradables del teletrabajo durante la pandemia ha sido la capacidad de tomarse descansos a lección y estilo del empleado, aunque sujeto a la tiranía del calendario de conferencias vía Zoom.

La lección para los gerentes es que lo que parece "laxo" en realidad es útil para mantener la productividad. Y el estudio a los ejecutivos de créditos indica que las empresas debieran buscar maneras de proteger a sus trabajadores contra la fatiga decisoria. Una opción, por supuesto, sería darles más descansos, pero otra podría ser monitorear sus decisiones en ciertos momentos del día.

El banco que fue sujeto del estudio podría establecer que las decisiones crediticias tomadas antes del almuerzo, o al final del día, sean susceptibles de revisión. Se podría utilizar software a fin de "avisar" a los empleados con un mensaje como este: "Tu toma de decisiones parece haber cambiado , quizás desees tomarte un descanso y reconsiderarla". Una pausa debería ganarse aplausos.

 

 

Publicado en Gestión, 01 de junio del 2021.