LA SALUD PÚBLICA COMO PRIORIDAD
"Ahora más que nunca...aplicar estrategias efectivas para invertir en salud pública como fundamento para la Cobertura Universal y la Seguridad en Salud". Este fue el mensaje central del evento de apertura del reciente HSR2020 Symposium, una plataforma global de múltiples actores que promueve la colaboración para el fortalecimiento de los sistemas de salud.
La respuesta del país a la emergencia del covid-19 ha mostrado las debilidades del sistema de protección de la salud pública, entendida esta como la salud colectiva, es decir, de la población en su conjunto. La capacidad de desplegar intervenciones efectivas para prevenir y hacer frente a emergencias sanitarias es claramente insuficiente. Esta es una prioridad que debe ser reconocida con claridad en el momento actual, yendo más allá de una cierta visión tubular en torno a las camas UCI que se ha evidenciado en la respuesta a la pandemia en el año 2020.
Cabe anotar que la turbulencia institucional generalizada en el aparato del Estado, con 10 gestiones ministeriales en el Minsa en 4 años y medio, ha exacerbado la debilidad del ente rector para sostener políticas que aborden este problema de salud pública con visión comprensiva de corto y mediano plazo. En términos operativos, el sector ha disminuido su capacidad de ejecución y no ha logrado establecer los sistemas logísticos requeridos, en un entorno de elevado riesgo para la toma de decisión en el sector público.
Es de primera importancia el potenciamiento de las acciones de salud pública en todo el territorio nacional, fundamentalmente respecto del sistema de vigilancia epidemiológica, la red de laboratorios de salud pública, los equipos de respuesta rápida y la comunicación efectiva de riesgos a la población, entre las más urgentes e importantes. ¿Contamos con una estrategia para ello? ¿Están presupuestados en el 2021 los recursos necesarios para su implementación?
Llevar a cabo el plan integral de vacunación para hacer frente a la emergencia del covid-19, es ciertamente la urgencia mejor percibida por la población. Mucho se está discutiendo sobre la negociación y compra de las vacunas.
No se deben subestimar los retos operativos y de efectiva coordinación entre múltiples actores del sector público y privado, para abordar de la mejor manera la complejidad operativa y logística que la vacunación supone. ¿Es el plan de acción para la vacunación lo suficientemente conocido, entendido y compartido por los actores involucrados?
Un reto adicional es el lanzamiento del primer nivel de atención para resolver las necesidades esenciales de la población, muchas de ellas desatendidas en el 2020. Algunas prioridades en este sentido son el control de personas con enfermedades crónicas, la salud materna, la prevención y atención de VIH y TBC. Además, hay que promover innovaciones en la prestación de servicios e incorporar las que han surgido en la emergencia: telemedicina, participación del sector privado en el abastecimiento de medicamentos, etc. ¿Cuál es la situación actual de los establecimientos públicos y de la atención de la demanda?
¿Cuál es el potencial de incorporación de innovación?
Se hace necesario estandarizar y digitalizar los procesos e información dentro y entre los diversos subsectores: Minsa, gobiernos regionales, Essalud, sanidades de las FF.AA. y la PNP, con el fin de ir avanzando hacia la unificación del sistema de salud.
¿Qué medidas concretas de modernización digital han sido definidas?
Estas son preguntas centrales de las que debe partir el debate sobre el sistema de salud pública durante la campaña electoral. La actual gestión del Minsa puede y debe jugar un papel clave en la elevación de la calidad del debate proporcionando información clara sobre estas interrogantes.
Publicado en Gestión, 05 de enero del 2021.