UNA SUITE PARA LA LAPTOP
La atareada trabajadora mira el reloj de su laptop y descubre que casi es la 1 p.m., hora de almorzar.
Así que llama al servicio a la habitación y 20 minutos después, recibe un plato de comida caliente; no tuvo que molestarse en cocinar ni lavar los utensilios.
Si esa visión le atrae, usted podría ser cliente potencial para los muchos grupos hoteleros que están tratando de convencer a la gente a alquilar habitaciones y usarlas como oficinas. La idea tiene cierto sentido. Las habitaciones hoteleras están faltas de huéspedes por causa de la pandemia y algunas personas podrían encontrar demasiado difícil o aburrido sentarse a trabajar a diario en la mesa de la cocina.
Las grandes cadenas están presurosas testeando el tamaño de este mercado. Hilton ha lanzado su nuevo servicio WorkSpaces en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido que brinda la chance de usar el gimnasio o la piscina (donde estén disponibles) y uso gratuito de bicicletas. Y la cadena Wyndham está ofreciendo paquetes de California, Carolina del Sur y Florida.
Los hoteles llevan mucho tiempo haciendo dinero con el mercado empresarial, hospedando a viajeros de negocios y siendo sedes de conferencias y reuniones. También han identificado que necesitan una buena señal inalámbrica para atraer a la gente de negocios, que están todo el tiempo con sus laptops. Pero el alquiler de habitaciones ha estado dirigido tradicionalmente a un segmento distinto del oficinista.
Este columnista escribió parte del artículo en el Sofitel St James, hotel 5 estrellas en el corazón del West End londinense. Ciertamente, sería una excelente guarida, para quienes puedan pagarla: € 299 (US$ 388) por día, con desayuno, almuerzo y cóctel por otras €50.
La suite que ocupó ofrecía una sala con escritorio, impresora y trituradora de papel, además de una mesa para cuatro personas, dos cómodos sillones y un sofá.
Entre los pequeños detalles figuraban lapiceros, cinta adhesiva, tijeras y un engranpador. Todo el personal del hotel usaba mascarilla y mantenía una distancia prudencial.
El lugar era extremadamente silencioso, lo cual contribuía con la concentración. A pesar de lo agradable de estas instalaciones, es casi seguro que estarían por encima del presupuesto de un trabajador común que estén buscando huir de la construcción de al lado o de los hijos durante los feriados escolares.
"En ocasiones, algo de aislamiento puede ser bienvenido, tal como los autores que se retiran a cabañas para terminar sus manuscritos".
Una opción más económica de Sofitel está disponible por € 199, pero ese precio también requeriría que la política de gastos de la empresa sea increíblemente generosa.
Si usted es empleado estable, probablemente pueda replegarse a la oficina y no tener que enfrentar ningún costo extra. Y si es trabajador independiente, quizás pueda digerirse a la cafetería más cercana, donde un lugar para sentarse, sujeto al distanciamiento social, puede obtenerse por el precio de unos cuantos capuchinos.
Otra opción, para los trabajadores británicos, es el tradicional pub; algunos de los cuales tratan de impulsar el negocio ofreciendo paquetes de "hot desking". Una hostelería de Warrington, pueblo al noroeste de Inglaterra, ofrece un paquete diario por € 12 que incluye una comida, café ilimitado y conexión a Internet. Que un pub sea un buen lugar para concentrarse es otra cosa; una oficina sin cubículos parece un monasterio cisterciense en comparación.
Pocos británicos viven lejos de un pub. En cambio, aunque este columnista disfrutó su lujoso alojamiento, su visita al St James implicó un prolongado traslado. Para muchos trabajadores, no tener que transportarse diariamente ha sido una de las grandes ventajas del confinamiento.
Por ello, es más probable que las habitaciones hoteleras sean más atractivas para trabajadores que viven cerca, lo que significa que no tienen que estar en los centros de las ciudades sino en zonas residenciales. Los hoteles suburbanos tendrán que ser mucho más baratos. Hilton ofrece un paquete en un hotel Hampton en el oeste de Londres por solo € 45 diarios.
Aun así, es probable que se trate de un mercado nicho. Es que estar en casa permite tener a mano todas las comodidades elegidas, libros snacks, té favorito. Estarán allí con una llamada al delivery o al técnico en reparaciones. Y sentarse solo en una habitación de hotel, aunque sea bueno para la concentración, tiene más probabilidades de aumentar el sentido de aislamiento que trabajar en su propia casa.
Pero en ocasiones, algo de aislamiento puede ser bienvenido, tal como los autores que se retiran a cabañas para terminar sus manuscritos. Los trabajadores que tengan que finalizar un proyecto importante podrían apreciar un descanso hotelero, especialmente si su oficina no cuenta con protocolos covid-19.
Los hoteles también podrían ser buenos para las entrevistas de trabajo, siempre que se respete el distanciamiento social. No obstante, para humildes zánganos como este columnista, la casa seguirá siendo la ofrecida, aunque eso signifique lavar utensilios. Por cierto, es hora de dejar de escribir y llenar la tetera.
Publicado en Gestión, 03 de Noviembre del 2020.