AMOR AL PRIMER BYTE
Apple y Goldman Sachs lanzan su tarjeta de crédito conjunta. Pero no es lo suficientemente atractiva.
Nunca es fácil encontrar a la única y definitiva.
Al principio, abundan las candidatas atractivas, pero sus encantos son ilusorios, o terminan por desvanecerse.
Otras por las que uno pierde el sueño, son desdeñosas. Así como en el amor, también sucede con las tarjetas de crédito. Los beneficios que ofrecen son tentadores, pero también pasajeros; los puntos de recompensa que otorgan se acumulan, pero permanecen sin ser usados. Y hay comisiones y cargos inesperados que causan decepción.
Pero ahora, una nueva y sexy desconocida ha llegado para atraer las miradas de los estadounidenses. El 20 de agosto, Apple lanzó su largamente esperada tarjeta de crédito, en asociación con Goldman Sachs, una firma de Wall Street que está buscando insertarse en el rubro de banca de consumo digital.
Inscribirse para obtenerla demora alrededor de un minuto. La aprobación (o rechazo) es casi instantánea.
La tarjeta, que es enviada por el emisor a la aplicación "monedero" del Iphone, puede usarse enseguida- una versión física hecha de titanio es remitida vía correo-. No hay comisiones por el uso de la tarjeta, ni siquiera por pagas retrasados.
En lugar de hacer esperar al usuario hasta fin de mes para otorgarle recompensas, Apple lo hace diariamente, y en efectivo.
El magnetismo no acaba ahí. El rectángulo blanco y vacío que al principio aparece en la app va sombreándose lentamente con los colores del arco iris a medida que el usuario gasta: azul para transporte, anaranjado para alimentos, rosado para entretamientos.
Los pagos de los consumos se efectúan deslizando el dedo por un dial circular en la pantalla del dispositivo móvil, que se colorea con un amigable verde si se cancela todo lo comprado, con un incómodo amarillo si se paga menos, y un alarmante rojo si se realiza el pago mínimo. Los intereses generados son mostrados en el centro del dial y cambian cuando se hacen pagos. Cuando se cancelan todos los consumos, la tarjeta vuelve a su blanco original.
Todo esto es encantador pero los atractivos financieros de la tarjeta quizá no sean iguales a su belleza tecnológica. La ausencia de comisiones por pagos no realizados y la transparencia de su facturación e información de los intereses adeudados serían llamativas para personas de bajos ingresos, que tienen mayor probabilidad de mantener deudas por uso de tarjetas de crédito -la mitad de estadounidenses no paga la totalidad de sus compras mensuales hechas con plásticos-.
Goldman Sachs está dispuesto a aprobar tarjetas para prestatarios no preferenciales ("Subprime"), pero esas personas tienen menor probabilidad que las de mayores ingresos de poseer un Iphone. Y sin ese teléfono inteligente, no es posible obtener la tarjeta.
Asimismo, la tarjeta podría no ser tan seductora para los acomodados como lo son sus competidoras ya establecidas. Reembolsa 2% en efectivo diario por todas las compras efectuadas usando Apple Pay, un pago por móvil a través de la app monedero, y solo 1% cuando se usa la tarjeta física. Estos reembolsos son difícilmente líderes en el mercado. Por ejemplo, Citibank ofrece 2% para todas las compras con su tarjeta, aparte que solo dos tercios de los comercios aceptan Apple Pay.
La tarjeta de Apple paga 3% cuando se usa para compras productos de esa marca, pero comparada con las emitidaspor otros negocios minoristas, esa taza es un poco tacaña. Amazon, otro titán tecnológico, ofrce un reembolso de 5% en su tarjeta -incluyendo compras en Whole Foods, su vanguardista cadena de supermercados-, que es emitida por JPMorgan Chase.
Otros minoristas, como la cadena de tiendas de menaje para el hogar Crate & Barrel, ofrecen hasta 10%.
Pero los beneficios de la tarjeta de Apple-Goldman Sachs pueden mejorar. El día de su lanzamiento, Apple anunció que los gastos en el servicio de transporte por App Uber y en el de entrega de comida Uber Eats, también recibirán un reembolso de 3%. Podrían añadirse más, adelantó la compañía. No obstante, la tarjeta tiene que ponerse al día en algunos aspectos.
Quizá no sea una preocupación para los fans de Appel, pero podría ocurrir que, al intentar agradar a todos, la compañía termine contentando a muy pocos estadounidenses con su ingreso al ferozmente competitivo mercado de tarjetas de crédito, en el que ya existen alrededor de 1,000 millones de tarjeta activas.
El hermoso diseño de la app y el presigio de Apple y Goldman Sachs seguramente seducirán a muchos consumidores, que querrán probar la tarjeta. Pero cuando se trata de hacer cálculos con dinero contante y sonante, podría ocurrir que ni los fanáticos digitales ni la gente de Wall Street no hayan hecho lo suficiente para asegurarse una devoción duradera.
Publicado en Gestión, 29 de agosto del 2019.