Nuevas olas. Jóvenes, adolescentes y adultos disfrutan surfeando

¡Habla Johnny…!


El surf se convierte en un deporte popular y deja atrás su imagen elitista

Escuelas en playas de Miraflores adiestran a limeños y extranjeros



De Chorrillos a Makaja. Tiene 11 años y ya cuenta con dos campeonatos de tablas ganados. Johnny Guerrero quizás no tiene el tipo clásico de un surfista, pero sí todas las agallas para retar a las olas.

Fidel Gutiérrez M.

fgutierrez@editoraperu.com.pe

A sus once años de edad sortea con habilidad las olas del mar y también las turbulencias que todo niño de barrio populoso tiene que afrontar cotidianamente. Johnny Guerrero ya tiene dos campeonatos de tabla hawaiana ganados en tan solo un año. Su esfuerzo de bajar casi a diario desde su zona conocida como "La paradita", en Chorrillos, hasta la playa Makaja en Miraflores, ha rendido sus frutos.Hoy, este niño tiene dos tablas propias y tres wet suits; esos trajes que permiten que todo aficionado al surf pueda internarse en aguas marinas sin preocuparse por la temperatura.

Hasta hace unos años era poco probable que un chico como Johnny pudiera integrarse al mundo de los tablistas; más por una cuestión de recursos y de relaciones que por falta de interés. Hoy, la historia de Johnny  no es la única, y evidencia la cada vez más grande afición por este deporte en una ciudad en donde quedan menos espacios para el elitismo.

“Ahora hay más interés por el surf gracias a que el Perú cuenta con campeones internacionales, como Sofía Mulanovich”, refiere Fernando Vidal Ferrer, ex campeón nacional de tabla, quien diariamente presta servicios de enseñanza de este deporte y de alquiler de equipos en Makaja.

El y su equipo de instructores le abrieron la puerta a Johnny para que pueda desarrollar su afición a la tabla hawaiana. Lo mismo hicieron con Bruno Yassir, de 14 años, quien desde Barrios Altos llegaba hasta las playas miraflorinas. Hoy, este menor tiene también un premio por su habilidad surfística, tras ganar el campeonato que hace unos meses organizó la embajada de Argentina en Lima.

“Se trata de dar una ayuda también a niños que de otra manera podrían perderse en el camino”, dice Vidal. “Practicar este deporte es una buena manera de mantenerlos alejados de cosas que resultan nocivas”.

La suya es una de las más antiguas escuelas de surf que opera en Miraflores. Pero hoy su competencia está representada por aproximadamente una decena de carpas, bajo las cuales se ofrece al bañista instrucción respecto a los rudimentos de este deporte, y también el alquiler del equipo necesario para practicarlo. 

Ola de ofertas

La mitad de la playa de Makaja está ocupada por pequeñas carpas de enseñanza de la tabla hawaiana y de alquiler de tablas. Estas, valgan verdades, dejan poco espacio para el bañista común y corriente, pero cuentan con el entusiasmo de hombres y mujeres de todas las edades, nacionales y extranjeros, que llegan hasta allí, y que se animan a aprender por lo menos el ABC de cómo surfear. 

“Hay mucho interés por parte de gente nueva, pero también de quienes se están aprovechando de la demanda”, refiere Armando Vélez, quien también ofrece servicios de instrucción y alquiler de equipos, y dice ser uno de los más antiguos tablistas del lugar, además de socio destacado del Club Waikiki, ubicado frente al referido balneario y, por mucho tiempo, refugio de los primeros surfers peruanos.

Refiere que solo él y algunos otros son los que permanecen todo el año enseñando, a diferencia de algunos instructores nuevos, que, según su pronóstico, no pasarán del verano.

Lo cierto es que el municipio de Miraflores y la Federación Deportiva Nacional de Tabla (Fenta) han iniciado su formalización. El año pasado estas entidades, junto a la Marina de Guerra, organizaron un curso de capacitación para los instructores. Una forma de hacer más confiable el servicio que estos brindan.

“Sabemos que en la municipalidad tienen la intención de ir formalizando todo esto”, dice Johnny Linares, otro instructor. Junto a su socio maneja un promedio de 20 tablas y recibe como pupilos a jóvenes extranjeros. “Tenemos años en esto. No todos pueden decir eso”, afirma, mientras nos enseña la acreditación que se le dio al terminar el curso para instructores.

Pero Fernando Vidal argumenta que con la capacitación se ha dado espacio a personas cuyo historial en la práctica del surf recién habría empezado al ingresar en el mencionado curso y que finalmente –a juicio suyo– no ofrecerán un buen servicio.

Pero bueno, más allá de subjetividades, lo concreto es que, tras décadas de ser patrimonio exclusivo de las clases más privilegiadas, la práctica del surf está masificándose cada vez más en Lima. Una circunstancia inevitable en una ciudad que va camino a convertirse en una metrópoli cosmopolita y en un país en el que la inclusión social es una necesidad y un mecanismo clave para su desarrollo.

Una larga tradición 

Los triunfos en el ámbito mundial de Sofía Mulanovich son parte destacada de la historia de la tabla peruana, la que se remonta, según los más entendidos, a los primeros años del siglo XX.

Sin embargo, la práctica de este deporte como tal se inicia en la década de 1950, cuando Carlos Dogny –luego fundador del Club Waikiki- trae la primera tabla desde Hawai. En 1965, Felipe Pomar (a quien el grupo de rock Los Doltons le dedicara su primer éxito, "Rey tablista") se convierte en nuestro primer campeón mundial.

La tradición se ha mantenido, con gente como los hermanos Whilar, "Magoo" de la Rosa (cuyo libro Huellas en el mar es un documento valiosísimo para todo interesado en este tema), "Chalo" Espejo y varios campeones más, hasta llegar a figuras actuales que compiten en torneos de alto nivel, como Sofía Mulanovich y Gabriel Villarán, quienes tienen títulos mundiales en su haber. Ya está visto, la marea peruana y sus olas siguen subiendo.

 

Publicado en El Peruano el 2 de febrero de 2012