OPORTUNIDADES Y "PRO"-TAGONISTAS

 

Elena Conterno

 

El proceso electoral reciente y el nuevo periodo de gobierno nos llevan a reflexionar sobre las reformas a emprender para lograr un mejor Perú en el 2021. Son muchos los temas a abordar, este artículo se centra en reformas claves para dar oportunidades a los jóvenes y sentar las bases de una mejor institucionalidad.

A nivel institucional, deberíamos apuntar a que en la campaña del 2021 tengamos partidos con presencia nacional y verdadera democracia interna, que compitan debatiendo propuestas y no ataques desenfrenados y muchas veces infundados a sus contrincantes. Debemos revisar reglas de partidos, de elecciones, del Congreso, siempre apuntando a una institucionalidad que busque que las autoridades representen mejor los intereses ciudadanos.

Sería ideal también que, en el próximo quinquenio, quienes salieron a marchar o hicieron campañas “anti” en redes sociales se involucren en uno de los grandes temas de desarrollo del país educación, salud, seguridad, agua, justicia, entre los principales, que se informen, marchen y pongan mensajes en redes apoyando que se tomen decisiones y se brinden buenos servicios. Que su activismo lo vuelquen a apoyar iniciativas de cambio para procurar un mejor país para todos los peruanos. Que dejen la posición cómoda del “anti” y sean “pro”-tagonistas de un mejor Perú.

En cuanto a las oportunidades, en el 2021 deberíamos garantizar que todo peruano que quiera seguir estudios universitarios pueda hacerlo y en la universidad de calidad que elija, al margen de la condición económica de su familia.

Los programas Beca 18 y Crédito 18 son un paso importante en esa línea. Con estos programas, hoy estudiantes de Apurímac, Huancavelica, Ucayali y todos los departamentos están pudiendo seguir estudios en las mejores universidades. Además, los estudiantes que están en el colegio saben que si se esfuerzan podrán seguir estudios superiores, al margen de la situación económica de sus familias, lo cual, sin duda, es un factor motivador importante para lograr mejores resultados en la educación básica.

Ambos programas subsidian la demanda en vez de la oferta, con lo cual es el alumno de bajos recursos económicos quien recibe un apoyo económico. Con ello, el subsidio va a quien lo necesite, y el alumno elige y se siente cliente, y, por tanto, exige de la universidad. Beca 18 es un programa masivo que tocará mantener en el siguiente quinquenio, en tanto que Crédito 18 aún es pequeño y tocará ampliarlo en beneficio de más peruanos.

En el 2021 también deberíamos y podríamos alcanzar la cobertura universal de salud. Es decir, que todo peruano tenga garantizado el acceso a atención médica.

Conocemos casos de jóvenes que empiezan a salir adelante, pero que ante la enfermedad de un pariente, sus ahorros para la casa propia o el capital de trabajo de su microempresa deben reorientarse para atenderla urgencia. Bien por la solidaridad del núcleo familiar, pero mal por la falta de ella por parte de la comunidad peruana. Para que los jóvenes de familias de bajos ingresos puedan salir adelante, la atención médica de su familia debe estar garantizada. Hoy tenemos una cobertura de 80% en seguros de salud, con lo cual es viable llegar a 100% en cinco años. Trabajemos en ello.

Si logramos lo planteado líneas arriba, los jóvenes de bajos recursos económicos tendrán significativamente mayores oportunidades para salir adelante en el futuro.

Los peruanos podemos lograr estos cambios en los próximos años. Solo lo haremos si nos involucramos, si somos pro-tagonistas.

 

 

Publicado en Gestión, 15 de junio 2016