AUTOR: Ana Lucía Camaiora
En mis muchos años de trabajo en el Instituto Libertad y Democracia (ILD) participé en el diseño de leyes, reglamentos y cientos de directivas que crearon y regularon el funcionamiento del Regfistro Predial Urbano, el Registro de Predios Rurales y la Comisión (hoy Organismo) de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri), que absorbió luego al Programa de Titulación de Tierras (PETT).
De la misma forma, asistimos a sucesivos gobiernos peruanos en la implementación del proceso que, de acuerdo con el Banco Mundial, fue uno de los dos más exitosos del mundo al lograr que los peruanos propietarios informales de más de 1.8 millones de predios urbanos y 1.9 millones de predios rurales registraran sus propiedades y pudieran acceder a créditos y otros fines económicos. Además, las mujeres campesinas accedieron a la propiedad rural (56% de los títulos se emitieron en copropiedad con sus parejas, no solo a nombre del varón)
Este programa fue exitoso porque no lo planteamos como la simple entrega de un título registrado, sino como el conjunto de medidas destinadas a hacer de ese título la llave de acceso a un sistema de relaciones institucionales que permita que la propiedad cumpla con sus funciones económicas.
Por ello, diseñamos en paralelo mecanismos simplificados y de bajo costo para la constitución y ejecución de garantías; las adjudicaciones de tierras; el registro de segundas transacciones sobre la propiedad registrada, es decir, compraventas, independizaciones, parcelaciones, lotizaciones, acumulaciones, declaratorias de herederos, etcétera.
También se proyectó la regularización de habilitaciones y declaraciones de fábrica; la formalización de las empresas; la licencia de funcionamiento simplificada; la central de crédito positiva; el inventario de tierras estatales con fines de vivienda, entre otros. En estas iniciativas, incluimos los principios de simplificación administrativa, transparencia y retroalimentación que, creemos, mejoran la calidad de las normas.
Uno de los aspectos más importantes del programa fue integrar en un único responsable no solo la tarea de regularizar la propiedad, sino también estar constantemente abocado a la generación de nuevas reformas.
Por ello, afirmamos que el camino para una formalización integral de la propiedad en el Perú está marcado y que es posible y beneficioso retomarlo.
Formalizar no se limita al predio, incluye también las empresas, los activos, el resto de las actividades económicas y, en algunos casos, por ejemplo, al documentar al indocumentado. No se puede hacer todo de golpe, pero sí a partir de una visión renovada y mediante una metodología que permita organizarnos para conseguir el objetivo que queremos. No hay razón para que no podamos recuperar lo bueno, hacer ajustes y profundizar en la generación de beneficios.
Publicado por El Peruano ( 16 de Agosto del 2015)