LA MITAD DE LOS EJEMPLARES DE LA REGIÓN VIVE EN EL PERÚ
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La situación del oso andino (también conocido como oso de anteojos) es cada vez
más complicada. Pese a que se encuentra en la lista de especies vulnerables de
la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUNC) y está
incluido en la Convención sobre el Comercio Internacional de Fauna y Flora
Silvestres (Cites) su situación no ha mejorado mucho.
Por ello la ONG Inkaterra Asociación y el Instituto Nacional de Recursos
Naturales (Inrena) han iniciado el proyecto Conservación del Oso de Anteojos,
con la instalación de un centro de rescate dentro de la propiedad del hotel
Inkaterra Machu Picchu. Para lograr mejores resultados convocan a organizaciones
internacionales a fin de que apoyen esta tarea de conservación.
"El oso andino requiere un mejor manejo. No sabemos cuántos hay o cuántos están
en cautiverio. Con esta información se podría lograr un mejor manejo y elevar
sus condiciones de vida. Hay que supervisar que estén bien alimentados y
atendidos", explicó a El Comercio José Koechlin, fundador de la ONG. Agregó que
la idea es delinear una estrategia efectiva para evitar la extinción.
Se calcula que existen unos 6.000 de esta especie y que la mitad habita en
nuestro país.