AUTOR: Daniel Mediavilla
La combinación de estos refrescos con el alcohol supone su principal peligro
Las bebidas energéticas han aumentado su popularidad en los últimos años como un método para sobrellevar el cansancio del trabajo diario o las largas noches de fiesta. Un 30% de los adultos (entre 18 y 65 años), un 68% de los adolescentes (entre 10 y 15 años) consumen bebidas energéticas, según un estudio realizado en 2013 por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en inglés). Además, un 11% de los consumidores adultos y un 12% de los adolescentes han tomado más de un litro de este tipo de productos en un solo día.
Ahora, un equipo de investigación que trabaja en la Oficina Regional Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que el incremento del consumo de bebidas energéticas puede suponer un problema para la salud pública. Los autores precisan que una revisión de los artículos científicos publicados sobre los efectos del consumo excesivo de tales refrescos sugiere que la "la preocupación de la comunidad científica y del público respecto a los potenciales efectos adversos para la salud de un incremento del consumo de bebidas energéticas es válido de lineas generales"
Los riesgos para la salud de estos productos se deben principalmente a la cafeína que contienen, aunque los responsables de la revisión, publicada en la revista Frontiers in Public Health, reconocen que resultan necesarios más estudios para evaluar los efectos a largo plazo de la combinación con otros ingredientes, como la taurina o el guaraná.
La sobredosis de cafeína puede provocar, entre otros síntomas, palpitaciones, hipertensión, convulsiones y, en raras ocasiones, la muerte. No obstante, es difícil evaluar la parte de estos problemas causados por las bebidas energéticas, ya que estos productos no siempre han tenido su propio código de seguimiento en los centros dedicados a entender intoxicaciones y falta informarción sobre los efectos adversos de su consumo excesivo.
Aunque los autores destacan que ha habido pocos "estudios rigurosos llevados a cabo en Europa sobre el riesgo asociado a un incremento en el consumo de bebidas energéticas, particularmente entre gente joven", trabajos realizados en EEUU han encontrado una asociación entre una elevada ingesta de estos refrescos- seis bebidas energéticas al mes o más- y tener comportamientos de riesgo como practicar sexo sin condón, meterse en peleas o conducir sin cinturón de seguridad.
Este tipo de comportamientos pueden tener parte de su explicación en que el consumo de bebidas energéticas se combina con frecuencia con el de alcohol, otro de los riesgos de estos refrescos. La EPSA indica que el 70 % de los jóvenes de 18 a 29 años toma ese tipo de mezclas, que aumentan el peligro de consumir bebidas espirituosas al enmascarar sus efectos y dar una falsa sensación de resistencia al alcohol.
Joao Breda, responsable del programa para Nutrición, Actividad Física y Obesidad de la oficina europea de la OMS y autor principal del artículo, señala que "cuando se encuentra en salud pública algo que puede ser importante, hay que iniciar la discusión sobre ese posible problema cuanto antes". Breda, quien aclara que sus conclusiones no son recomendaciones oficiales del organismo, también muestra su preocupación por el tipo de promoción de las bebidas energéticas. Este tipo de publicidad, dirigido a jóvenes y adolescentes, suele estar muy vinculado al rendimiento deportivo de máximo nivel.
"En Europa, un estudio observó que el 41% de los adolescentes consumían bebidas energéticas para realizar ejercicio", escriben en su texto, Y añaden que "el exceso de cafeína combinado con una actividad física intensa puede ser peligroso". El autor principal del estudio puntualiza que, por la forma de consumo y por los ingredientes agregados a la cafeína en las bebidas energéticas, el café no supone una preocupación de la misma magnitud para ellos. Si la cafeína fuese el único ingrediente de esos refrescos, la mayoría no se diferenciarían demasiado del café. Red Bull, la reina entre este tipo de bebidas, tiene 80 miligramos de cafeína por cada lata de 250 mililitros, aproximadamente la misma cantidad de esta droga psicoactiva presente en un café.
La Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra) afirma que en las etiquetas de estos productos se incluye la recomendación de consumir de forma moderada y la advertencia de que es una bebida dirigida al público adulto y no recomendada para niños o embarazadas. En otros países de Europa, como Dinamarca, Noruega o Islandia ya se ha prohibido su consumo. También en Francia, aunque se levantó en 2008.
Publicado por El País ( 15 de Octubre del 2014)