Solo el 15 por ciento de los puntos calientes de biodiversidad del planeta permanecen intactos
De acuerdo con un nuevo y profundo estudio sobre la vegetación primaria remanente, los treinta y cinco puntos calientes de biodiversidad del planeta —que albergan el setenta y cinco por ciento de los vertebrados terrestres en peligro de extinción de todo el mundo— tienen más dificultades que las esperadas. En total, queda menos del quince por ciento de vegetación natural intacta en estos puntos calientes, los que incluyen las famosas joyas de la vida silvestre, tales como Madagascar, los Andes tropicales y las islas de la Sonda (Borneo, Java, Sumatra y la península de Malaca). Peor aún, cerca de la mitad de los puntos calientes de biodiversidad tienen menos del diez por ciento de vegetación primaria remanente, donde cinco de estas contienen menos del cinco por ciento.
“Si perdemos los puntos calientes, le tendremos que decir adiós a más de la mitad de las especies de la Tierra. Sería comparable con el suceso de extinción en masa que acabó con los dinosaurios”, dijo William Laurance, coautor —junto con la Universidad James Cook— del estudio publicado en Biological Conservation.
Los puntos calientes de biodiversidad del planeta fueron identificados por primera vez en un influyente estudio en el año 2000. En ese momento, los científicos habían enumerado diez puntos calientes; desde entonces, el número se ha incrementado a treinta y cinco. Pero estos puntos no son más que simples regiones con alta biodiversidad, sino que deben haber perdido también la mayor parte de su vegetación —alrededor del setenta por ciento—. Actualmente, los treinta y cinco puntos calientes albergan el setenta y siete por ciento de los mamíferos, aves, anfibios y reptiles conocidos; alrededor de la mitad de las especies de plantas del mundo, y más del cuarenta por ciento de los vertebrados terrestres endémicos del planeta. Estos puntos incluyen lugares renombrados, como el Himalaya y el Caribe, pero también otras regiones menos conocidas, como la de Irán-Anatolia en el Oriente Medio y occidente de Asia, el Cerrado en Brasil y el Karoo Suculento en Sudáfrica y Namibia.
“Nos encontramos en una batalla mundial por la conservación, pero, a diferencia de un médico en un campo de batalla, no podemos centrarnos solo en los puntos calientes con mayores probabilidades de supervivencia”, dijo Sean Sloan, autor principal del estudio, también en conjunto con la Universidad James Cook. “Cada uno de estos puntos tiene una biodiversidad única, por lo que perder así sea uno solo resultaría catastrófico”.
Aunque unos cuantos estudios en el pasado intentaron medir la vegetación primaria de los puntos calientes de biodiversidad, este supera con creces la exactitud.
“Hemos aplicado un enfoque mucho más estandarizado y, esperemos, riguroso mediante el uso de imágenes satelitales de última generación y un conjunto estandarizado de criterios para definir la vegetación natural intacta”, dijo Laurance a mongabay.com.
Sloan, Laurance y colegas emplearon una mezcla de imágenes satelitales, Google Earth y las opiniones de expertos para estimar la vegetación en cada sitio. El estudio solo tuvo en cuenta la vegetación intacta que cubría, por lo menos, 100 hectáreas de la zona.
Además, de acuerdo con Sloan, la vegetación “debía estar en un estado maduro y no encontrarse inmediatamente próxima a importantes perturbaciones humanas en el paisaje, en concreto, carreteras principales, poblados grandes o pequeños, hogueras (determinados puntos calientes) y los bordes de fragmentos de vegetación remanente”. En mayor medida, esto significa que se consideran solo los bosques primarios o sabanas, aunque los bosques secundarios maduros también se podrían tener en cuenta.
Lo que hallaron no fue alentador
“Nuestras estimaciones resaltan que existen más puntos calientes de lo que se había pensado que se encuentran en un estado sumamente apremiante, con [menos del cinco por ciento] de vegetación natural intacta como la definimos. Como resultado, la biodiversidad en estos puntos sería precaria sobremanera; por eso, deberían priorizarse los esfuerzos de conservación de estos lugares”, comentó Sloan a mongabay.com y agregó que algunos hábitats dentro de los puntos calientes “están desprovistos, en especial, de vegetación natural intacta, por ejemplo, los manglares y los bosques tropicales con estaciones secas”.
Por el momento, los puntos que más se encuentran en peligro son el Bosque Atlántico en Brasil, las selvas centrales del este de África, la región Irán-Anatolia, Madagascar y la cuenca del Mediterráneo, todos con menos del cinco por ciento de vegetación primaria remanente.
Aquellas que perdieron la mayoría de la vegetación desde el último estudio en el 2004 son las Ghats occidentales y Sri Lanka, las Islas del Pacífico, las montañas del Cáucaso, las montañas del Asia central, África del Sur y Japón.
“Los lugares más secos, tales como bosques, sabanas y pastizales, se están destruyendo de manera muy rápida, con frecuencia, debido a la expansión de la agricultura", apuntó Laurance. “Por ejemplo, los bosques secos tropicales son vulnerables en extremo, en particular, en el Nuevo Mundo. Una prioridad fundamental es aumentar la atención en estos tipos de hábitats más secos".
Por definición, ningún punto caliente de biodiversidad mantiene una mayoría de vegetación natural intacta. De hecho, el punto más “intacto” es la provincia florística de California, con algo menos del treinta y cinco por ciento de vegetación. Los Andes tropicales, los bosques templados lluviosos valdivianos en Chile, Australia sudoccidental, Nueva Zelandia, los bosques de Australia oriental y la región florística del Cabo en Sudáfrica superan todos escasamente el treinta por ciento de vegetación.
Aparte de excluir renombrados espacios naturales con biodiversidad como la cuenca amazónica, la selva tropical del Congo y Nueva Guinea, debido a que aún no están tan amenazados, el concepto de punto caliente de biodiversidad ha atraído considerable atención y fondos (más de mil millones de dólares) desde su creación, hace más de diez años. Sin embargo, se necesita mucho más para preservar lo que queda.
“Por consiguiente, reiteramos nuestra petición de aumentar y dirigir los fondos, pero reconocemos que esto requerirá tanto una distribución cuidadosa como también un debate sobre los valores que subyacen tras las ideas de ‘optimización’ de la conservación”, dice el estudio.
Pero cuando se le preguntó cuáles de los treinta y cinco puntos calientes deberían ser priorizados, Laurance señaló: “¡Eso es como preguntarle a alguien que está en un barco a punto de hundirse a cuál de sus hijos debería salvar!”.
Publicado por Eco-Sitio ( 26 de Setiembre del 2014)