China, Brasil e India se plantan en Varsovia por fondos para catástrofes

 

El pulso ya ha arrancado y el brazo comienza a temblar. Los países en desarrollo y China, también otros gigantes, como Brasil e India, se levantaron la madrugada del miércoles de las negociaciones de la Cumbre del Clima de Varsovia porque no se están concretando las ayudas económicas a los países que sufren los efectos del cambio climático, ni con catástrofes meteorológicas como el tifón Haiyan, que ha arrasado Filipinas, de fondo en todas sus conversaciones. “No lo vemos claro y nos levantamos este miércoles a las cuatro de la madrugada de la mesa de negociación”, resumía René Orellana, jefe de la delegación de cambio climático de Bolivia. A su lado, el delegado filipino, Naderev Yeb Saño, agradecía el gesto. El representante filipino lleva una semana en huelga de hambre para intentar que el mecanismo de daños y pérdidas, ideado para atender a países en desarrollo en caso de catástrofe, sea una realidad. Muchos participantes en la Cumbre de Cambio Climático se interesaban por su salud y le daban golpecitos de ánimo en la espalda. “Veo poco progreso", reconocía Saño. Los bolivianos le regalaron una bolsa de hoja de coca para que se revitalice con sus infusiones.

Algunos delegados, bregados en los modos de hacer de anteriores cumbres, vieron el gesto del grupo de los 77 más China como parte de una estrategia de presión. “Dijeron que tenían que pensarse mejor los pasos a seguir y que querían que sus posiciones quedaran bien reflejadas en el texto”, considera una técnico de la delegación del Gobierno español en Varsovia. “Las partes también tienen sus líneas rojas y se esfuerzan por dejarlo claro”, añade con diplomacia. Estados Unidos, Australia y la UE quieren posponer estas decisiones de ayuda urgente hasta 2015. Los países en desarrollo reclaman que se concreten ya.

En la cumbre también se abordan medidas que ayuden a disminuir los efectos del cambio climático a largo plazo, destinadas a infraestructuras, por ejemplo. Se repartirán desde el Fondo Verde para el Clima, que deberá estar operativo a partir de 2014.

La gran esperanza y el deseo de los organizadores de esta cumbre del clima —que se desarrolla siguiendo todos los patrones de una cumbre convencional, nadie descubre sus cartas hasta el último momento— es que sea una convención con marcado carácter financiero. Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la convención de la ONU sobre cambio climático, habló de esas finanzas como “la piedra angular” para el mecanismo de pérdidas y daños.

La comisaria de la UE, Connie Hedegaard, aseguró por la mañana que se están realizando “verdaderos avances” en materia económica. Hay una lucha entre países industrializados, los tradicionalmente contaminantes, y los que están ahora en pleno desarrollo, como China o Brasil, para que se reconozca el papel histórico de cada uno de ellos en materia de emisiones de gases y se plasme en las responsabilidades futuras.

Los países en desarrollo están intentando que los acuerdos del foro de Durban, aquellos que van encaminados a un ambicioso pacto global que se debe alcanzar en la Cumbre del Clima de París 2015, se centren más en la acción inmediata. Ese hipotético acuerdo global tendría que entrar en vigor en 2020, y ellos quieren ampliar las ambiciones para el tramo entre 2015 y 2020. China, por ejemplo, es uno de los que más contaminantes, y por lo tanto tendrá que asumir mayores compromisos de reducción de emisiones en 2020.

Las políticas chinas reciben críticas, pero también reconocimientos. Varias fuentes coinciden en que este país, junto a Egipto, India o Pakistán, está dificultando la negociación. Sin embargo, la comisaria de la UE alabó su esfuerzo. China está adoptando medidas internas para frenar sus emisiones, como poner un mercado entre estados de venta de emisiones de carbono. “China está haciendo mucho (…) todos podemos hacer más”, dijo Hedegaard.

Los representantes de los 190 países miembros de la Convención negociaron sobre financiación. El dinero, o la falta de compromiso para ponerlo, protagonizó las comparecencias ante los medios de muchos representantes. Los primeros en dar un paso atrás en esta cumbre de Varsovia fueron los australianos. Cuando el Gobierno de Tony Abbot, conservador, anunció la semana pasada que ha cancelado la mayor parte de sus políticas para reducir los efectos del cambio climático, como una tasa a las empresas por tonelada de dióxido de carbono emitida.


Publicado por Diario El Pais (20 de Noviembre del 2013)