Pocas posibilidades de avances sobre el clima en el G8 en Japón

 

El clima, anunciado como un dossier prioritario de la próxima cumbre del Grupo de los Ocho en Japón (G8), tiene pocas posibilidades de lograr avances decisivos a raíz de la falta de voluntad política de los países industrializados, que deben liderar el camino.

  

Desde la cumbre de Gleneagles (Escocia) en 2005, bajo presidencia británica, la lucha contra el cambio climático se halla en la agenda de este foro anual de los más ricos (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón, Rusia).

  

Aunque este año el G8 -que se celebrará del 7 al 9 de julio en Toyako (norte)- es acogido por la "patria" del Protocolo de Kioto, primer tratado internacional de lucha contra el efecto invernadero, la cumbre muestra incluso antes de su apertura ambiciones reducidas: el primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, apuesta a la definición de un "objetivo común", probablemente sin cifras concretas.

  

El desafío climático "reclama una respuesta mundial", recordó el domingo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. "Tenemos los recursos, tenemos las tecnologías, pero lo que falta es la voluntad política de los líderes", añadió.

  

El año pasado, en la cumbre del G8 en Alemania, a pesar de sus ambiciones, la canciller Angela Merkel sólo pudo arrancar al G8 la promesa de "examinar atentamente" una reducción de 50% de las emisiones contaminantes de los Ocho de aquí al 2050.

  

Desde la conferencia de Bali sobre el clima celebrada en diciembre de 2007, la comunidad internacional negocia casi de manera permanente para intentar alcanzar un acuerdo de aquí a fines de 2009 sobre qué seguimiento dar a la primera fase del Protocolo de Kioto, que expira a fines de 2012, y al cual Estados Unidos nunca adhirió.

  

Conforme a la Convención de la ONU sobre el Clima (CNUCC/UNFCCC), que reconoce una responsabilidad histórica de los países industrializados en el calentamiento climático, éstos deben adoptar "compromisos" de reducción de los gases con efecto invernadero (GES), a fin de incitar a los grandes países emergentes a "actuar".

  

"El problema es que no hay piloto: la Unión Europea que aseguraba hasta ahora el liderazgo está avergonzada por la negociación (de su nueva) reglamentación clima-energía. Y Estados Unidos está inmerso en la campaña electoral", explicó un experto europeo.

 

"Finalmente, el alza de los precios del petróleo desplaza el debate hacia la seguridad energética", añadió.

 

Las pobres ambiciones japonesas para Toyako también están relacionadas con las divisiones sobre el clima en el seno del gobierno nipón, ya que Fukuda busca un difícil equilibrio entre sus ministerios, indicó la fuente.

 

Japón, segunda economía mundial, contempla reducir sus emisiones a la mitad de aquí al 2050 en relación al 2005 y apuesta por una disminución de 14% en 2020.

  

La Unión Europea se comprometió por su lado a una reducción de 20% de aquí a 2020, e incluso de 30% si otros la imitan.

 

El gobierno estadounidense de George W. Bush, cuyo mandato expira en enero, se niega a todo compromiso que no sea válido también para las economías emergentes y considera que el G8 no es el foro adecuado para hablar del clima, ya que no agrupa a los grandes contaminadores como China, que encabeza el ranking desde 2007.

  

"Los europeos y nosotros podemos apagar la luz hoy, pero en 2030, 2050, no habremos solucionado el problema", insistió Dan Price, un consejero de Bush.

  

Washington convenció también a Japón de acoger también una cumbre de las "Principales Economías" (MEM) el 9 de julio: este foro de 16 naciones, lanzado por Estados Unidos el año pasado, asocia al G8, a los "Big Five" (China, India, Sudáfrica, Brasil, México) y a Australia, Corea del Sur e Indonesia, y representa un 80% de las emisiones mundiales.

  

Pero las MEM, según un participante, permanecen muy divididas entre naciones desarrolladas y emergentes tras su última reunión el 21 y 22 de junio en Seúl.

 

Fuente: www.dw-world.de

 

Mas información: http://unfccc.int/2860.php