Holandés de 19 años diseña dispositivo para eliminar basura plástica de los océanos

Consta de una red anclada de barreras flotantes y plataformas de procesamiento. La contaminación del mar es uno de los mayores problemas de nuestra era

Holandés de 19 años diseña dispositivo para eliminar basura plástica de los océanos
Captura de imagen de boyanslat.com, portal web para promocionar sus proyectos.

Boyan Slat es un joven holandés de 19 años que ha desarrollado un proyecto tecnológico con fines ecológicos: acabar con las 7.250.000 toneladas de basura plástica que se arroja a los océanos.

Slat, estudiante de ingeniería aeroespacial en la Universidad Tecnológica de Delft, ha creado la Fundación Cleanup Ocean, que se encarga del desarrollo de sus propuestas tecnológicas. En el TEDxDelft 2012 presentó un dispositivo que consta de una red anclada de barreras flotantes y plataformas de procesamiento, con brazos dispuestos en un ángulo que obligaría al plástico a la dirección de las plataformas para ser filtrados.

El Ocean Cleanup Array, como se llamará el gran dispositivo, almacenará el material para ser reciclado y procesado. Además, el sistema obtiene la energía para su funcionamiento del sol y las corrientes marinas, y los largos brazos sin redes evitan que los animales queden atrapados casualmente.

Un total de 50 ingenieros, diseñadores y técnicos se encuentran desarrollando este proyecto ecológico, apoyados por un gran número de estudiantes.

Publicado por Diario El Comercio( 13 de Abril del 2013)

 

 

Una expedición, lista para estudiar una 'isla de basura'





Un año después de un fallido intento, una expedición saldrá en mayo rumbo al “séptimo continente”, un gigantesco basurero flotante que acumula todo tipo de desperdicios plásticos y que es más grande que la Argentina. En el armado de la expedición “7° continente” está el explorador francés Patrick Deixonne, de 48 años, que en 2009 se topó con el fenómeno cuando participaba en una carrera de remo. “Veía todos esos desperdicios plásticos que flotaban a mi alrededor. Me sorprendió y me dije: “Adónde va todo esto?’” contó Deixonne durante un viaje a París para preparar la expedición.
Cuando volvió a tierra halló la respuesta. Estos desperdicios confluyen en el punto de encuentro de corrientes marinas, se enroscan bajo el efecto de la rotación de la Tierra y acaban formando una inmensa masa giratoria. Millones de toneladas procedentes de las costas y los ríos flotan en las cinco principales masas de desperdicios formadas en todos los océanos, cuya fuerza centrípeta las aspira hacia el centro, en el Pacífico.
El problema para los científicos es que esta “sopa” está esencialmente compuesta por microdesperdicios de plástico descompuesto y en suspensión bajo la superficie del agua, a veces a 30 metros de profundidad.
Es muy difícil de detectar por las observaciones desde los satélites y solamente es visible desde los barcos.
Según el Centro Nacional de Estudios Espaciales francesa (CNES), la agencia espacial francesa que apadrina la misión “7° continente”, esta masa del Pacífico norte, entre California y Hawaii, es una de las más importantes del planeta, con una superficie de 3,4 millones de km2. Pero la placa de desperdicios “se halla en aguas poco transitadas por la navegación mercantil y turística, por lo que el problema solamente interesa a los ecologistas y a los científicos”, se lamenta Deixonne.
Desde su descubrimiento fortuito por el oceanógrafo estadounidense Charles Moore en 1997, esta masa de desperdicios plásticos ha sido objeto de escasos estudios sobre su impacto en la contaminación del océano y su fauna. Miembro de la Sociedad de exploradores franceses, Patrick Deixonne desea, por ese motivo, darle publicidad a esta “catástrofe ecológica”, y con ese objetivo irá al lugar para traer observaciones científicas e imágenes. La expedición partirá el 20 de mayo desde Oceanside, sur de California, y se dirigirá al “continente” tomando en todo el recorrido “medidas para comparar la concentración y la naturaleza de los desperdicios”, explica.
Gracias a la guía vía satélite, proporcionada por sus socios, espera llegar en seis o siete días a la zona de mayor concentración de basura, a unas 1.000 millas náuticas de las costas (1.900 km). Un captor realizado por alumnos de ingeniería de Toulouse, sur de Francia, en cooperación con el CNES, será igualmente probado en una boya a la deriva.
Esa boya permite distinguir en el agua a los plásticos del plancton y de otras partículas vivas, y luego cartografiar las áreas contaminadas gracias a imágenes satelitales, algo nunca hecho.
La expedición, que fue programada para mayo de 2012, había fracasado precisamente por incidentes causados inesperadamente por desperdicios plásticos.
Antes de salir de California, una bolsa de plástico había bloqueado la bolsa de agua de la goleta de 1938 fletada por Patrick Deixonne. Luego, restos de una caña de pescar de nylon habían roto el timón en el Golfo de México. “Son problemas muy usuales en esta parte del mundo, y que afectan cada vez más a los navegantes californianos”, asegura Deixonne. Sensibles a esta contaminación plástica y a los problemas que tuvo el explorador en 2012, el Yacht Club de Oceanside decidió este año asociarse a la expedición y poner a su disposición un poderoso barco con motor y tres tripulantes.

Publicado por Diario Clarín/ Argentina( 29 de Abril del 2013)