Las fotografías tomadas en el Pantanal de Matto Grosso y revelan detalles del comportamiento reproductivo de una especie poco conocida
Gracias a cámaras ocultas instaladas se pudo tomar esta foto en el sur de Mato Grosso.
(BBC Mundo). Un equipo de investigadores registró en el Pantanal brasileño lo que dicen ser las primeras imágenes de un armadillo gigante bebé, especie cuyo nombre científico es Priodontes maximus.
Las fotos se tomaron en la hacienda Baía das Pedras, en el municipio de Aquidauana, en el Pantanal, la llanura del estado de Mato Grosso do Sul en la frontera con Bolivia y Paraguay.
Desde noviembre de 2011, el equipo del Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal monitorea a una hembra adulta de la especie con la ayuda de la radiotelemetría y cámaras fotográficas ocultas.
En junio de 2012, la hembra fue observada por primera vez compartiendo su madriguera con un macho adulto. Permanecieron juntos durante algunos días, pero después el macho desapareció para no ser visto nunca más.
La hembra continuó su comportamiento y alimentación normales hasta que, en noviembre, hubo un cambio. En vez de cambiar de madriguera periódicamente, comenzó a reutilizar la misma durante más de 30 días.
A partir de eso, el equipo de investigadores empezó a observarla con más detenimiento, hasta que tres semanas después, las cámaras ocultas lograron captar el hocico del bebé, cuando la hembra regresaba a la madriguera.
La primera foto de cuerpo entero de la cría fue tomada unas cuatro semanas después del nacimiento, cuando los dos animales se mudaban de madriguera y el hijo seguía a la madre por aproximadamente 200 metros.
"Documentar el nacimiento de la cría de un armadillo gigante es un paso extraordinario que nos ayudará a comprender la biología y reproducción de esta especie tan enigmática, para que finalmente podamos conservarla", afirmó Arnaud Desbiez, coordinador del Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal.
VULNERABLE
Los científicos ya habían observado los rastros de un armadillo gigante adulto seguido de otro menor, lo cual, según ellos, confirma potencialmente la gestación de una cría por embarazo.
Sin embargo, los investigadores todavía no saben, por ejemplo, cuál es el intervalo de tiempo entre un embarazo y otro.
"Eso muestra la importancia de los estudios a largo plazo y la necesidad de una ardua dedicación del equipo, a fin de obtener informaciones cruciales para la conservación de especies raras", dice Desbiez.
El armadillo gigante puede llegar a medir 1,5 metros -incluida la cola- y pesar casi 50 kilos. Tiene garras enormes -que pueden llegar a medir hasta 20 centímetros- y hábitos nocturnos.
El habitat del armadillo gigante se extiende por toda América del Sur. Se encuentra en las selvas tropicales y también en la llanura, pero su comportamiento reproductivo sigue siendo desconocido.
Esta especie está clasificada como "vulnerable" por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El descenso de la población del armadillo gigante podría estar asociado con la pérdida de su hábitat natural.
Los investigadores del proyecto relatan que la mayoría de los residentes de la zona donde se concentran los estudios del armadillo gigante, muchos de ellos nacidos y criados en la región, expresan que nunca han visto a uno de estos animales, y creían que ya estaba extinguido en la región.
El Proyecto Armadillo Gigante del Pantanal se inició en julio de 2010 en la hacienda Baía das Pedras y lo lleva a cabo la ONG Real Sociedad Zoológica de Escocia con la ONG brasileña Instituto de Investigaciones Ecológicas y otras instituciones de varios países.
Publicado por Diario El Comercio (20 de Febrero del 2013)
Los ecologistas pierden mucho tiempo tratando de estudiar especies raras, tímidas o de difícil acceso. Un nuevo estudio sugiere que los insectos fáciles de atrapar podrían informar acerca de vertebrados ocultos y vulnerables
Puede que los monos Diana sean tímidos, pero los científicos están usando insectos para estudiarlos. (Foto: BBC)
Los conservacionistas hacen todo lo posible para proteger la diversidad biológica del planeta.
Se trata de una batalla sin fin. Caminan kilómetros a través de espesas selvas, cargando pesadas mochilas con instrumentos que les permitan obtener más información acerca de algunas especies, antes de que desaparezcan.
Pero cuando las especies son raras, tímidas o de difícil acceso, los biólogos se ven obligados a aprender a distancia.
Una visión fugaz tomada con una cámara trampa remota, un esqueleto descompuesto o incluso una muestra de estiércol puede revelar detallados secretos de una especie. Sin embargo, para obtener cualquiera de ellas, hacen falta horas ansiedad y humedad, y lo peor: el resultado casi siempre dependerá de un encuentro afortunado.
Por ello la comunidad científica está anunciando incorporaciones esenciales a sus herramientas que, aunque necesitan de muchas más habilidades detectivescas, requieren de muchos menos dedos cruzados.
De acuerdo a un estudio publicado por la revista Molecular Ecology, recopilar datos sobre la abundancia y distribución de especies es la prioridad principal de los conservacionistas de hoy.
La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza cataloga a todas las especies que se consideran amenazadas, pero alrededor del 14% de los 5.400 animales terrestres aparecen acompañados de la frase "Datos insuficientes".
Para hacer frente a estas deficiencias, los investigadores del Instituto Robert Koch de Berlín, Alemania, sugieren que algunos insectos fáciles de atrapar podrían informar sobre vertebrados ocultos y vulnerables.
MÉTODO SIMPLE
Los investigadores intentaban hallar más información sobre la propagación del Ántrax en África, cuando se encontraron con un nuevo método para medir la biodiversidad.
Frente a la difícil tarea de encontrar esqueletos en hábitats de selvas impenetrables, el equipo se enfocó en las moscas carroñeras que abundaban en el lugar.
Al diseccionarlas, las bacterias que llevaban consigo revelaron pistas de aquellos animales que habían estado mordiendo.
Además de la bacteria del ántrax, las moscas tenían muestras de ADN único de lo que habían comido, lo que permitió a los científicos estudiar con exactitud a los mamíferos con los que se habían estado alimentando.
"Nos sorprendió que nadie hubiese tenido esta idea antes, pero sabemos que eso es lo que ocurre con las ideas obvias", explica a BBC Nature el doctor Fabian Leendertz, director de la investigación.
En Madagascar registraron el 13% de las especies de mamíferos conocidos presentes en los intestinos de sólo 40 moscas. La muestra relativamente pequeña estudiada en Costa de Marfil confirmó la presencia de seis de las nueve especies de primates locales, así como el raro cefalofo de Jentink, en peligro de extinción.
Leendertz sugiere que la simple tarea de cazar moscas podría ayudar a los conservacionistas a responder a la pregunta de: "¿Alguna especie rara vive por aquí?". "Lo más importante para realizar acciones de conservación bien orientadas es saber cuáles mamíferos habitan en un área determinada", dice Leendertz.
"En las regiones de sabanas puede ser más fácil, porque uno puede caminar por allí o sobrevolar el área y contar las jirafas. Pero es muy difícil saber quién vive en la selva". Según él, la mayoría de las poblaciones están sobreestimadas y basadas en registros desactualizados.
El método conocido como "ADN de invertebrados" podría ayudar a actualizar las cifras y mejorar su precisión.
Aunque todavía deben entender a las moscas un poco mejor para determinar exactamente qué tan lejos viajan a morder a los mamíferos, por ejemplo, los investigadores defienden este método diciendo que es relativamente fácil y que además es una manera discreta de recopilar datos.
SALAMANDRAS SECRETAS
Pero, ¿qué pasa con aquellas especies a las que los chupadores de sangre no les prestan atención? En Estados Unidos los científicos están aprovechándose de las pistas del entorno para ayudar a rastrear a un animal esquivo: la salamandra americana gigante. Se trata del anfibio más grande de América del Norte que vive en cuencas fluviales, amenazado por la contaminación del agua.
El doctor Rod Williams y sus colegas de la Universidad de Purdue, en Indiana, en Estados Unidos, decidieron tratar de localizar a las esquivas subespecies orientales con sólo tomar una muestra de su entorno fluvial. El equipo comenzó tomando muestras de agua en las áreas con poblaciones conocidas de esas salamandras, que luego filtraron para encontrar evidencia de los anfibios en otros lugares.
Una vez más, vestigios de ADN confirmaron la presencia de los animales. Williams describe esas técnicas de ADN ambiental como "revolucionarias".
Aunque este trabajo de investigación de ADN es menos costoso que los métodos tradicionales de campo, los científicos insisten en que va a complementar, y no a sustituir, las técnicas existentes.
Basado en el Parque Nacional Tai junto a destacados científicos de primates, Leendertz espera "comparar dentro de un área determinada, el ADN del medio ambiente, con el ADN de los invertebrados y con todas las clásicas herramientas de control como las cámaras trampa y las trampas de audio".
"Entonces tendremos una mejor idea de los puntos fuertes y débiles de todos los métodos", señaló a BBC Nature.
"Con base en estos datos, podremos crear un árbol de decisión para los conservacionistas que indique cuál método puede ser el más apropiado".
Publicado por Diario El Comercio (18 de Febrero del 2013)