Sólo si la electricidad alcanza
1. La mejora en el panorama económico internacional, junto a los excelentes resultados macroeconómicos del Perú en el 2012, deberían contribuir a mantener el dinamismo de la inversión privada, y a un crecimiento económico alto y sostenido. De hecho, la mayor parte de los analistas pronostican que el crecimiento de este año superará el 6% y muchos creen que en el 2014, éste podría fácilmente superar el 7%.
2. Sin embargo, estas auspiciosas proyecciones económicas presuponen que podremos generar toda la energía que se requiere en los próximos años. Pero este supuesto podría no cumplirse, ya que la demanda por electricidad ha venido aumentando más rápido que la oferta, y el margen de reserva del sistema eléctrico ha caído a un nivel que no veíamos desde principios de los 90. La forma de generar electricidad a precios variables bajos es usando agua y gas natural. Sin embargo, tanto la baja rentabilidad relativa de las centrales hidroeléctricas frente a tecnologías alternativas, como la limitada capacidad de transporte del ducto de gas de Camisea, constituyen restricciones de oferta importantes. En este contexto, la combinación de crecimiento rápido y lluvias escasas, o desabastecimiento de gas, podrían generar racionamiento de energía y frenar abruptamente el crecimiento en los próximos tres años.
3. En un estudio reciente del Instituto del Perú de la USMP –cuyos resultados serán presentados el próximo jueves- se concluye que "tenemos un sector eléctrico sumamente frágil y vulnerable. El 40% de la generación depende de un solo ducto y todo flujo desde el centro hacia el sur depende de una línea de transmisión que se encuentra congestionada. Algo similar sucede con el norte del país. Más aún, ante cualquier falla en el sistema, esta fragilidad determinaría un escenario de racionamiento en las temporadas de estiaje 2013-2015." Dado que la expansión del ducto de Camisea probablemente no se concluya en el 2015, por los problemas de seguridad en la zona de selva, "existe un riesgo inminente de racionamiento durante buena parte de ese año. Peor aún, de producirse una interrupción en el abastecimiento de gas a través del ducto de Camisea, implicaría reducir temporalmente la oferta eléctrica en no menos de 1,400 MW, o racionar un equivalente superior al 20% de la máxima demanda."
4. No hay que ser alarmistas, pero sí tomar consciencia de los riesgos que enfrentamos e implementar acciones para mitigarlos. Asimismo, es importante analizar las razones detrás de la fragilidad actual del sistema eléctrico peruano. Los principales problemas son: (i) falta de capacidad de transporte de gas; (ii) congestión en la transmisión; (iii) condiciones no apropiadas para la inversión en generación renovable (e.g. hidroeléctrica); (iv) demora creciente en la aprobación de permisos ambientales; (v) crecientes dificultades para obtener la denominada "licencia social" para los proyectos de inversión; y (vi) una creciente y mal dirigida intervención del Estado en el sector energético que, lejos de resolver los problemas mencionados, puede deteriorar el clima de inversión.
5. Contar con un abastecimiento adecuado de energía es crucial para poder seguir registrando tasas altas y, sobre todo, sostenidas de crecimiento. Esto debe marcar el norte de nuestra política energética, para lo cual se requiere fomentar la inversión en el sector. Contar con energía barata también es importante para fortalecer la competitividad de nuestras empresas y generar más puestos de empleo, pero lo que no debemos hacer –y lo hemos hecho repetidamente en el pasado- es poner en peligro la inversión en energía por tratar de mantener tarifas artificialmente bajos. Recordemos que no hay energía más cara que aquella con la cual no contamos.
Publicado por Diario Gestión (10 de Enero de 2013)