Mensaje del Día Mundial
del Medio Ambiente 2008 - Sr.Ban-Ki
moon, El Secretario General las Naciones Unidas
La adicción es algo terrible. Nos consume y nos controla,
nos hace negar verdades importantes y no nos permite ver las consecuencias de
nuestros actos. Nuestro mundo es víctima hoy de una grave adicción al carbono.
El progreso industrial del mundo desarrollado fue impulsado
por el carbón y el petróleo. Los países que se encuentran en un rápido proceso
de desarrollo han optado por la misma fuerza impulsora en su afán por conseguir
iguales niveles de vida. Al mismo tiempo, en los países menos adelantados los
pobres no tienen más opción que recurrir a fuentes de energía aun menos
sostenibles, como el carbón vegetal.
La dependencia de la energía basada en el carbono ha
producido una acumulación considerable de gases de efecto invernadero en la
atmósfera. El año pasado, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el
Cambio Climático, que fue galardonado con el Premio Nobel,
desmintió para siempre a los escépticos que negaban el calentamiento de la
atmósfera. Sabemos que el cambio climático es una realidad y sabemos que lo
causan las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero.
El uso de combustibles fósiles no es la única fuente de
carbono. En los trópicos se están talando valiosos bosques para la producción
de madera y papel, para crear tierras de pastoreo y terrenos cultivables y,
cada vez más, para dar lugar a plantaciones a fin de atender a la demanda
creciente de biocombustibles. Esta nueva manifestación de nuestra adicción al
carbono no sólo libera gran cantidad de CO2, sino que también destruye un
recurso valioso para la absorción del carbono de la atmósfera, lo que
incrementa la contribución al cambio climático.
Las consecuencias ambientales, económicas y políticas del
calentamiento de la atmósfera son profundas. Los ecosistemas, de las montañas a
los océanos, de los polos a los trópicos, están cambiando rápidamente. Las
ciudades de las zonas bajas se ven afectadas por inundaciones, el terreno
fértil se convierte en desierto y el clima resulta cada vez más impredecible.
Todos pagaremos el precio. Los pobres serán los más
afectados por los desastres producidos por los fenómenos atmosféricos y por la
enorme inflación de los precios de los alimentos básicos, pero incluso las
naciones más ricas se enfrentan a la perspectiva de una recesión económica y a
un mundo en conflicto en que se lucha por poseer los recursos en disminución.
La mitigación del cambio climático, la erradicación de la pobreza y la
promoción de la estabilidad económica y política exigen una sola solución:
acabar con la adicción al carbono. Este es el tema del Día Mundial del Medio
Ambiente 2008. El lema “Acabar con la adicción: hacia una economía de bajo
consumo de carbono” reconoce cuán dañina es nuestra adicción y nos muestra el
camino que debemos seguir.
Frecuentemente se necesita una crisis para que aceptemos la
realidad. Ante la crisis del clima, las empresas y los gobiernos están
empezando a comprender que abordar el calentamiento de la atmósfera, en lugar
de ser prohibitivo, de hecho puede reducir los gastos y activar la economía. Si
bien el costo del cambio climático es incalculable, el precio de combatirlo
puede ser inferior a lo que muchos hemos imaginado. Según algunas estimaciones,
es inferior al 1% del producto interno bruto mundial: un precio verdaderamente
bajo para una guerra de nivel mundial.
Otra noticia aun mejor es que ya existen o se están
desarrollando las tecnologías para lograr que nuestro consumo de combustibles
basados en el carbono resulte menos contaminante y más eficiente, y para
aprovechar la energía renovable del sol, el viento y las olas. El sector
privado, en particular, está compitiendo para sacar provecho de lo que ha
comprendido que es una enorme oportunidad comercial.
En todo el mundo, las naciones, las ciudades, las
organizaciones y las empresas han vuelto a mirar con interés las opciones no
contaminantes. En las Naciones Unidas, he pedido que el plan de renovación de
nuestra Sede de Nueva York se ciña a las directrices
ambientales más estrictas. También he pedido a los jefes ejecutivos de todos
los programas, fondos y organismos especializados de las Naciones Unidas que
avancen rápidamente hacia la neutralidad en el uso del carbono. A comienzos del
año, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente lanzó
El mensaje del Día Mundial del Medio Ambiente 2008 es que
todos somos parte de la solución. A nivel de individuos, organizaciones,
empresas o gobiernos, se puede hacer mucho para reducir la huella de carbono.
Este es un mensaje que todos debemos hacer nuestro.