Biodiversidad y crecimiento
Por: KURT BURNEO FARFÁN
Un punto de vista muy extendido cuando se tratan temas medioambientales en general, y en particular de la biodiversidad, es circunscribirlos al ámbito exclusivo de la ecología, con muy poca o ninguna mirada desde la perspectiva económica. En esta nota plantearé algunos elementos que configurarían esta perspectiva a veces soslayada, pero relevante si de crecimiento sostenible y desarrollo económico se trata.
¿Qué entendemos por biodiversidad? Diría es la variedad de seres vivos y la interacción entre ellos. En sí misma, esta es como una suerte de capital natural, siendo América Latina importante beneficiario del mismo. Así, con el 16% de la masa continental del planeta detenta el 40% de biodiversidad. Incluso de los 10 países con mayor biodiversidad en la tierra, seis son latinoamericanos (incluido el Perú). Pero a esta dotación de capital habría que agregarle los flujos de riqueza provenientes de los servicios ecosistémicos; tener este stock y flujo es funcional en el crecimiento económico, el cual se convierte en sostenible si agregamos mejoras en las capacidades para la gente (a lo Amartya Sen),reducción de la desigual distribución del ingreso, así como la preservación del medio ambiente. Claro está, para esto último no solo se debe mantener la biodiversidad sino poner en valor a esta y a los flujos de riqueza asociados a los servicios ecosistémicos.
En lo personal, creo que para mantener y desarrollar valor añadido a este capital natural llamado biodiversidad, se requiere promover la inversión, lo cual nos plantea nuevas interrogantes: ¿cuál es el valor económico actual de nuestros ecosistemas?, ¿cuáles serían las formas más eficientes de regular mercados donde se interrelacionan los ecosistemas? ¿En qué medida, por ejemplo, las políticas públicas relacionadas promueven la innovación, el emprendimiento y la inclusividad social? Cabe remarcar que este reto general de mantener y poner en valor a la biodiversidad nuestra no es estático sino dinámico. ¿Cómo así? En los 10 últimos años América Latina creció en promedio en 3.7% y de acuerdo al World Economic Outlook para este año seguirá creciendo: 3.4% en el 2012 y 4.2% en el 2013, y consecuentemente por el lado de la demanda se requerirán más alimentos, agua, energía, tierra, etc. donde en mucho la creciente producción de estos elementos ha tenido y tendrá efectos sobre la biodiversidad. Por lo expuesto, solo podremos hablar de crecimiento sostenible en la medida en que se inscribe en una estrategia direccionada al desarrollo económico y no solo de crecimiento episódico y no sostenible.
Finalmente, como todo tiene un principio, considero que una agenda inmediata si se quiere aumentar la probabilidad de éxito de una acción promotora de la inversión para mantener y poner en valor de la biodiversidad debería incluir: i) La necesidad de medir hoy los efectos del crecimiento sectorial sobre la biodiversidad y saber (a manera de benchmark) en qué medida el boom de crecimiento está afectando diferenciadamente este capital natural con el que contamos, y ii) Sentar la bases para que institucionalmente se reconozca el basamento económico de mirar a la biodiversidad como capital a mantener y poner en valor. En este orden de ideas, iniciativas de algunos organismos multilaterales como el BID que hace dos días presentó para consulta su Plataforma de Biodiversidad, planteando nuevas formas de hacer negocios con protección y puesta en valor de este capital natural, son esfuerzos que deberían despertar el interés no solo del sector público sino también del privado, dado que la apuesta no es solo por crecer sino por desarrollar económicamente.
Publicado por Diario Gestión (26 de Agosto del 2012)