Pesca fantasma

 

Por Luis Eduardo Podestá

Los equipos de pesca extraviados causan una muerte agónica a millones de animales marinos

La denominan fantasma porque pesca incluso después de que sus dueños la han dado por "muerta". Las miles de toneladas de redes de deriva y otros equipos de pesca perdidos en el mar atrapan todo tipo de animales marinos, que mueren de forma lenta. A pesar de la prohibición de las redes de arrastre, otro tipo de equipos causan en la actualidad un daño similar o peor. La ONU propone diversas medidas necesarias para evitar que aumente el daño a los ecosistemas durante los próximos años


Cestas, trampas y, sobre todo, redes de deriva. Cuando se pierden en el mar siguen capturando de forma indiscriminada a todo tipo de animales, desde cetáceos a tortugas o aves. Es la denominada pesca fantasma. Su efecto silencioso pero letal puede durar meses, e incluso años, dados los resistentes materiales de los que están fabricados los equipos de pesca. Para algunos de estos seres vivos, se convierte en un riesgo más que aumenta su peligro de extinción, como la foca monje del Mediterráneo.

La pesca fantasma supone una muerte lenta y agónica para sus víctimas. Los animales quedan atrapados y mueren asfixiados, se convierten en fáciles cebos para los depredadores o pierden alguno de sus miembros al intentar escapar. El suelo marino y las especies que dependen de él, como la posidonia, también pueden resultar dañados.

En 2009, un informe de las organizaciones de Naciones Unidas FAO y PNUMA trataba sobre el problema de la basura marina y, en particular, sobre la pesca fantasma. Sus responsables calculaban que los océanos del planeta reciben al año 6,4 millones de toneladas de residuos, de los que el 10% (640.000 toneladas) son equipos de pesca. Se estima que por este motivo mueren cada año más de un millón de aves y unos cien mil mamíferos marinos.

En España, según datos de la Agencia SINC, se extravían más de 6.000 redes al año en el Cantábrico y hasta 3.342 toneladas de materiales de pesca en el Mediterráneo.

Las flotas pesqueras desperdician así una gran cantidad de recursos y ponen en peligro no solo el futuro de su negocio, sino la integridad de sus marineros: los equipos de pesca extraviados y sin control pueden causar accidentes y dañar las naves.