Ruidos están matando a los animales marinos
Ruidos insoportables que causan la muerte o patologías permanentes.
Ésa es la realidad que enfrentan en forma cada vez más frecuente ballenas,
delfines y otros organismos marinos como consecuencia de la actividad
humana, según expertos en Barcelona.
Las fuentes del ruido van desde barcos hasta sonares militares, desde
cañones de aire utilizados en prospecciones para gas y petróleo hasta la
construcción de parques eólicos marinos.
"Hace 20 años empezamos a tener los primeros indicios de que este ruido está
afectando a los organismos que viven en el mar, hasta tal punto que si no se
resuelve este problema pueden llegar a desequilibrarse por completo esos
ecosistemas", dijo a BBC Mundo el Dr. Michel André, profesor de la
Universidad Politécnica de Cataluña y director del Laboratorio de
Aplicaciones Bioacústicas.
André y sus colegas estudian el impacto de fuentes acústicas en los
organismos marinos y han lanzado un proyecto pionero, LIDO (Listening to the
Deep Ocean Environment), que incluye un sitio en internet en el que pueden
escucharse, en tiempo real, los ruidos marinos en diferentes puntos del
planeta.
El experto cree que gracias a esta nueva tecnología de monitoreo acústico,
disponible desde principios de año y accesible a cualquier empresa, es
posible compatibilizar el desarrollo industrial con la protección de la vida
marina.
Letal
Los sonidos son para los cetáceos el equivalente a la visión en los seres
humanos. "Utilizan la acústica para su vida, para comunicarse", explica
André.
El ruido no es de un solo tipo y hay muchas clases de intensidades y
frecuencia, según el experto. "Los más impactantes llevan a la muerte, pero
otros menos intensos producen a largo plazo patologías crónicas".
"Lo menos grave es el enmascaramiento de las señales de alguna especie que
intenta comunicar información. El animal pierde su capacidad para
relacionarse en su medio con sus congéneres y esto puede ser indirectamente
letal, si justo pasa un barco que no puede localizar y hay una colisión.
También puede que se desoriente y vare en una playa lo que es sinónimo de
muerte".
Al otro extremo están los sonidos con un impacto letal. "La exposición a
fuentes de muy alta intensidad provoca la muerte en el acto por destrucción
de las células sensoriales".
"Las fuentes son los sonares militares y los llamados airguns, cañones de
aire comprimido que se utilizan en las prospecciones para gas y petróleo.
Los oídos sufren algo similar a una onda expansiva después de una explosión,
que causa hemorragias y destruye las células internas".
El caso más estudiado es el de los cetáceos, pero André señala que el
impacto negativo también es sentido por otros animales como los cefalópodos,
es decir, pulpos y sepias.
En exposiciones de relativamente baja intensidad, pero prolongadas, se
vieron traumas acústicos muy agudos".
"Si la exposición se detiene las células se pueden recuperar, si perdura hay
una patología permanente. Es como cuando una persona va a una discoteca.
Siente luego un zumbido que desaparece al cabo de unos días, pero si
viviéramos en ese ambiente de ruido, el pequeño zumbido se transformaría en
sordera".
Verificar el grado de daño no es fácil. "Para tener pruebas del impacto se
necesita tener acceso a los animales cuando acaban de morir para extraer sus
oidos y y ver si hay patologías. Es uno de los procesos mas difíciles porque
si pasan unas horas de la muerte hay un proceso de putrefacción de los
tejidos que hace que no se pueda discernir si lo que vemos es debido a la
exposición a una fuente o no".
Acciones
Hasta ahora no había un patrón común para medir el ruido marino y comparar
mediciones. El proyecto LIDO presentó por primera vez mediciones estándar
realizadas en una extensa red de observatorios "desde Japón a Canadá o el
Mediterráneo".
En el sitio listentothedeep.com es posible escuchar "lo que oiría un delfín
debajo del agua". "Nosotros no tenemos oidos hechos para funcionar debajo
del agua, hay un canal de aire entre nuestro pabellón externo y el oido
interno, y eso hace que la intensidad de los sonidos sea menor. Oímos
parcialmente", explica André.
En el sitio también se identifica en tiempo real la fuente del ruido,
señalando, por ejemplo, si se trata de un delfín, un barco o un cachalote.
Aún no hay leyes a nivel europeo o internacional que exijan a la industria
monitorear el impacto de sus ruidos en los seres marinos. "Se están
escribiendo normativas ahora mismo, pero eso puede tardar meses".
André cree, sin embargo, que la industria debe tomar acciones sin demora.
"Con el sistema de monitoreo acústico se puede saber cuántos animales hay y
a qué distancia, hay una conexión directa con las embarcaciones a través de
un sistema de boyas que transmiten en tiempo real".
El experto señala, por ejemplo, que el lanzamiento de cañones de aire
comprimido o los trabajos de instalación de un parque eólico pueden
suspenderse momentáneamente si el sistema indica la presencia de cetáceos,
hasta que se alejen del lugar.
Michel André llevará su trabajo a la cumbre de cambio climático en Durban,
Sudáfrica, en noviembre. "Con la decisión de los estados de optar por
energías limpias, hay cada vez mas construcciones de parques eólicos. Pero
generan ruido cuando se construyen y cuando se operan, y no se sabe aún el
impacto a largo plazo de esas frecuencias".
"Hace algunos años faltaba el desarrollo tecnológico para dar solución a
este problema, pero ahora cualquier industria puede tomar medidas".
Para el experto, monitorear la contaminación acústica y proteger a los
animales marinos "es ahora posible y es la responsabilidad de las
administraciones y de la industría offshore incluir esta tecnología durante
sus actividades".
Publicado por Web Eco-sitio.com (30/08/11).