Etiquetas de huella de carbono

Por  Javier Cuquerella

Productos en todo el mundo informan en su etiqueta de sus emisiones de CO2 para que los consumidores elijan los menos contaminantes


Zumo de la marca "A": 360 gramos de emisiones de CO2. Zumo de la marca "B": 800 gramos. El consumidor concienciado con el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático elegirá el primer producto. Para conocer esa información, diversas iniciativas en todo el mundo han puesto en marcha las etiquetas de huella de carbono. Su objetivo es concienciar a consumidores y empresas de la necesidad de productos que generen las menores emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) posibles.



Qué son las etiquetas de huella de carbono

Una etiqueta de huella de carbono (o etiqueta de carbono a secas) indica en un producto de consumo las emisiones de dióxido de carbono (CO2) generadas en su fabricación, transporte y eliminación. Esta información es esencial para los consumidores que desean reducir su huella ecológica y mitigar las consecuencias del cambio climático.

Los productos varían en sus huellas de carbono y, por ello, la elección de uno u otro puede ser decisiva en su impacto en el cambio climático. Diversos expertos recomiendan incluso métodos para seguir una dieta saludable y baja en carbono.

Si bien hay calculadoras de huella de carbono, lo idóneo para los consumidores serían estas etiquetas: tendrían una forma sencilla y directa de comparar y elegir entre los productos con menos emisiones de CO2.