Come alimentos ecológicos , Cuida tu salud
Por Pedro Burruezo
Cuando un vegetal o un animal viven en un
determinado hábitat, estos seres vivos crean defensas contra aquellas agresiones
que el medio representa para ellos. Estas defensas forman parte de estos
animales y vegetales, están en su interior. Y, cuando nosotros ingerimos o nos
alimentamos con parte de estos animales o vegetales, estamos también consumiendo
estas defensas. Parece lógico, ¿no?
Como esos animales y vegetales formaban parte del mismo ecosistema que nosotros,
las defensas que ingerimos al alimentarnos con ellos entran a formar parte de
nuestro organismo, refuerzan nuestro sistema inmunitario y podemos repeler mejor
las agresiones que proceden de ese mismo hábitat que compartimos con el resto de
seres vivos.
Ahora bien, si nuestra dieta está principalmente formada por alimentos que no
proceden de la agricultura o de las ganaderías locales, esto significa que
nuestro sistema inmunitario está intentando asimilar defensas que no han sido
concebidas para el hábitat en el que nosotros estamos viviendo. Por ejemplo,
comemos pescado que viene del Ártico, lácteos del norte de Europa, manzanas
chinas, frutas de los trópicos, más muchos productos refinados, sin ninguna
vitalidad, sin ninguna fuerza…
El resultado es que comemos productos alimentarios procedentes de seres vivos
que vivieron en otras latitudes, en otros climas, en otros hábitats… ¿Y qué pasa
con nuestro sistema inmunitario cuando recibe defensas que, más que ayudarle, le
confunden? Pues que se debilita. Se viene abajo. Se torna muy vulnerable.
Muchos de los problemas de salud más generalizados hoy en día tienen que ver con
el uso y abuso de dietas no locales, lo que conlleva sistemas inmunitarios muy
poco sólidos. Altas tasas de asmas, de alergias… tienen su origen en este
problema creado por la sociedad de la globalización. La mejor forma de
defenderse es ingiriendo alimentos locales, de temporada, ecológicos siempre que
sea posible… Y muchos productos procedentes del panal. Las flores y los
vegetales en general segregan la esencia de estas plantas. Las abejas las
recogen y producen miel. Consumir miel, además de por otras razones, es muy
positivo en este aspecto, ya que alimentarse de miel, siempre que sea local, es
como consumir muchos vegetales locales.
Durante milenios, milenios y milenios, todos nuestros antecesores se alimentaron
de productos locales. Nuestros organismos están preparados para ingerir
alimentos procedentes del clima y la latitud en la que nosotros vivimos. Lo que
no sea eso, desde el punto de vista sólo adaptativo, es una barbaridad. Una
barbaridad que tiene sus consecuencias en todo tipo de desequilibrios de la
salud… Aunque esto se enseñe poco en las facultades de Medicina, es de vital
importancia para mantener la salud, créanme.