En el 2050 ¿nos salvaran las cucarachas?
Por Lenin Cardozo
Los únicos indicadores que cada día van en aumento en el mundo son la tasa de crecimiento poblacional, que está en el orden del 3% anual, algo así como unas 200.000 personas por día y el índice inflacionario internacional de los alimentos que se sitúa en un promedio de un 12% anual. Esta tendencia, nos indica que dentro de 40 años más, la gran mayoría de la población no tendrá muchas opciones para alimentarse, porque probablemente, lo que en el presente es consumible, para esa fecha, ya estaría agotado o simplemente las producciones de alimento serán administradas estrictamente por los países con poder de fuego.
Para los científicos agroalimentarios
estudiosos de este indicador inflacionario en los alimentos, este fenómeno, es
debido a dos circunstancias especificas; en principio, porque en el mundo se
está perdiendo la capa superior del suelo cultivable producto de su intenso uso,
acción muy acelerada, que no le permite al planeta reponerla a través de sus
procesos naturales de regeneración, donde estiman, que un tercio de las tierras
cultivadas ya ha perdido su capa superior. Y la otra circunstancia, es la cada
día más creciente sustitución de plantaciones convencionales de producción de
granos, por cultivos que son la materia prima de los biocarburantes, el nuevo
combustible de los países desarrollados.
Los futurólogos poblacionales, plantean que en 4 décadas más, en el mundo
seremos alrededor de 9 mil millones de habitantes y las aves de corral, cerdos,
vacas, caballos, burros, así como muchas de las especies marinas que consumimos
en la búsqueda de proteínas, serán solo piezas de exclusivos catálogos.
Circunstancia esta que nos obligara a replantear drásticamente nuestros hábitos
alimenticios.
Las nuevas proteínas, inexorablemente tendríamos que buscarlas en otras especies
hasta ahora desestimadas en la cultura Occidental. Y solo serán las más
apropiadas, aquellas que puedan reproducirse con tanta rapidez, que logren por
volumen alimentar a tanto seres humanos que estarían hambrientos.
Es decir, nos espera un mundo, donde cada vez seremos más, con menos tierras
para cultivar y por supuesto, los comerciantes de la miseria humana que también
harán lo suyo, y nos acrecentarán el hambre, al ponernos los alimentos a precios
inalcanzables.
Qué hacer ante esta posible realidad alimentaria, desde la perspectiva
darwiniana?
Adaptarnos para sobrevivir. Adaptarnos como lo han hecho las milenarias
cucarachas. Solo, que ahora con la ayuda de ellas.
Por ejemplo, la cucaracha americana, que puede medir hasta 4,5 cm, muy común en
nuestros hogares, cada una tiene un ciclo reproductivo de más de 800
descendientes por año. Con una producción promedio mensual de casi un centenar.
Según especialistas nutricionistas comerse 80 cucarachas equivale a comerse una
naranja, ya que contiene vitamina C, además de otros importantes nutrientes.
Ya es tiempo entonces, de tratar bien a nuestras futuras salvadoras!