Agua y saneamiento promueven nuevas actividades económicas


Zonas cercanas a complejos arqueológicos contarían con hoteles
Además, garantiza una mejor nutrición y menor ausentismo escolar


La ampliación en la cobertura de los servicios de agua potable y saneamiento es un tema de suma importancia para el país, pues se trata de un instrumento de desarrollo económico y social. Así, a pesar de los esfuerzos desplegados en los últimos años, especialmente en lo que a infraestructura se refiere, es necesario que este esfuerzo se refleje efectivamente en la mejora sostenida de la calidad de vida de la población beneficiada con estas obras. Por ello, el Programa de Agua y Alcantarillado de la Cooperación Técnica Alemana GTZ (Proagua) realizó el estudio El valor económico y social de las inversiones sostenibles en agua y saneamiento en el Perú.
Para conocer los detalles de esta investigación entrevistamos a Milagros Cadillo, asesora principal de Proagua, quien tuvo a su cargo la dirección técnica del estudio.
¿Qué motivó a Proagua a realizar este estudio?
–Uno de los principales motivos es que en el último quinquenio el país registró grandes inversiones para ampliar la cobertura de los servicios de agua y saneamiento a través del programa Agua para Todos. Sin embargo, nuestra preocupación es poner en valor estas inversiones y determinar cómo impactan efectivamente en la mejora de la calidad de vida de los pobladores.
En ese sentido, hay mucha data sobre ampliación de cobertura, pero no hay un registro que demuestre, mediante indicadores, el impacto en la calidad de vida y en el aporte al PBI de las zonas beneficiadas.
El estudio busca determinar impactos cualitativos a nivel de la población, con la consecuente reducción de la pobreza; y cómo influye la dotación de estos servicios en la competitividad del país.
Contamos con infraestructura adecuada, aunque todavía queda mucho por hacer, sin embargo, también es necesario que estas obras cuenten con el mantenimiento adecuado para que los servicios de agua y saneamiento sean sostenidos.


¿Qué tan atractivos son los proyectos de agua y saneamiento para los grandes capitales?
–En realidad, este tema tiene otro matiz. A diferencia de otros sectores, como la electricidad y el transporte, en donde hay una mayor participación del sector privado, el agua potable y saneamiento cuentan con una mayor sensibilidad por parte de la población en cuanto a su administración, sin que ello signifique que no sea posible que sean administradas por entidades privadas.
Una gestión eficiente debe cumplir con ciertos criterios empresariales. Para que sea atractivo para el privado, el proyecto debe generar una rentabilidad y un servicio público no está asociado con este concepto, pues tiene un carácter más social.
Si bien debe cubrir costos, estos no representan un beneficio para el accionista sino para los usuarios, es decir, debe generar sobreganancias para que sea rentable.
Además, en electricidad las inversiones se realizan a nivel macro, mientras que en agua y saneamiento se requieren sistemas por separado, adecuados a las necesidades de cada localidad.


¿Cuántas personas se beneficiaron con este servicio en los últimos 10 años en el Perú?
–Hasta finales de 2008 tenemos 4.3 millones personas beneficiadas con el servicio de agua potable y saneamiento. Sin embargo, entre 2006 y febrero de 2011, llegan a 5.9 millones de personas.
El esfuerzo desplegado por el programa Agua para Todos es importante, pero queda aún poner en valor las obras realizadas. Debemos determinar si la población utiliza el servicio y si hay un operador responsable que mantiene y cobra los costos que requieren esta labor.


¿De qué modo incide este servicio en la mejor calidad de vida de la población beneficiada?
–La incidencia es variada según el entorno. Dependerá de los usos y costumbres y de la educación y responsabilidad que esta tenga en el adecuado consumo del agua.
No obstante, en términos generales, el principal impacto en la mejora de la calidad de vida de las zonas rurales es la disminución de las enfermedades diarreicas. Luego podemos citar el menor ausentismo escolar, puesto que los niños se enferman menos y asisten más frecuentemente a la escuela. Esto también repercute en una mejor nutrición y, por lo tanto, en el rendimiento escolar.
Contar con el servicio de agua congrega una serie de mecanismos beneficiosos para la población, más allá de las plantas y los tendidos de ductos y tuberías que significa la inversión física.
En el área urbana, el impacto positivo está relacionado con un mejor abastecimiento de agua, especialmente en aquellas zonas que antes estaban abastecidas por camiones cisterna y que hoy acceden a la red. Eso genera un gran ahorro de costos.


¿Y cuál sería el impacto de contar con este servicio en las zonas rurales?
–Definitivamente, una localidad que cuenta con este servicio es mucho más atractiva para el desarrollo de ciertos negocios. Por ejemplo, si la zona se encuentra cerca de algún complejo arqueológico, sería factible que se instale un hotel o un hospedaje que permita el desarrollo del turismo en ese lugar.
Ahora, si hay campos de cultivo y contamos con un sistema de tratamiento de aguas en esa localidad, habrá grandes probabilidades de que en esos campos se cosechen productos que puedan exportarse.
Existe todo un engranaje que se da en torno al agua y saneamiento que muchas veces no ha sido tomado en cuenta, pero ahora es necesario colocarlo sobre la mesa, a fin de darle el valor que merece.


Recomendaciones
1 El Estado debe establecer que los fondos destinados a las inversiones en agua y saneamiento sigan un patrón continuo a lo largo del tiempo.


2 Estas inversiones deben considerar todos los componentes de infraestructura para garantizar su sostenibilidad en el largo plazo y así lograr una mejor provisión de los servicios.


3 Los prestadores del servicio deben procurar que las tarifas cubran los costos de la prestación del mismo.


4 Estas empresas deben asignar un buen uso de los fondos recaudados en la operación y el mantenimiento de la infraestructura para su sostenibilidad.


5 El Estado debe destinar fondos para el tratamiento de aguas servidas por las repercusiones que la ausencia de ello traerá en el futuro.

 

Publicado por Diario El peruano.com (29/03/2011).