La temporada de caza en Canadá comenzó ayer

 

28.03.08

 

Denuncian que siguen matando a las focas con métodos crueles

Aseguran que los nuevos procedimientos no evitan el sufrimiento de los animales

 

 

Ayer comenzó la caza de focas en el este de Canadá, con un nuevo método de matanza que, según las organizaciones de defensa de los animales, no cambia en nada la crueldad de esta masacre anual. Varios países de Europa han puesto límites a la importación de productos derivados de la foca, y la Unión Europea estudia prohibirlos.

 

El Ministerio de Pesca autorizó este año la matanza de 275.000 focas arpa, 5.000 más que la cuota de 2007. La primera etapa se concreta en el golfo San Lorenzo, donde debe cazarse el 30% del cupo total. El 70% restante se cazará en aguas frente a la isla de Terranova, en una segunda etapa que se iniciará dentro de varias semanas.

 

Las autoridades anunciaron la puesta en marcha de un nuevo procedimiento para la cacería, con la pretendida finalidad de limitar el sufrimiento de los animales y, en especial, para asegurarse de que estén muertos antes de ser desollados. Los cazadores deberán garantizar su muerte a través de tres pruebas diferentes antes de comenzar a despellejarlos: controlar si tienen el reflejo de parpadear, ver si está destruido el cráneo, y cortar una arteria para que se desangren.

 

"Las nuevas reglamentaciones no harán la caza más humana. Las reglas que existían hasta ahora apenas eran tenidas en cuenta — señaló Ralf Sonntag, experto en focas del Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW) —. Además, los tests deben realizarse justo antes de despellejar al animal, no directamente después de golpearlo. Por lo tanto, seguirán llevándose animales vivos con ganchos de acero a los lugares donde juntan a todos los animales".

 

El IFAW tiene un equipo en el lugar para documentar la caza. Robbie Marsland, director de la ONG, consideró que los retoques a la reglamentación "están claramente concebidos para engañar al mundo y hacerle creer que esta caza, cruel por naturaleza, puede ser más humana; y eso, para impedir el embargo de los productos derivados de las focas, que analiza actualmente la Comisión Europea".

 

Los cazadores utilizan un garrote de madera llamado hakapik para golpearlas en la cabeza. Los veterinarios del Ministerio de Pesca canadiense consideran que el impacto es suficiente para romper el cráneo de la foca y matarla, y aseguran que al menos un 98% de las focas mueren antes de ser desolladas. Pero un estudio de IFAW afirma que en 2007, hasta un 42 % de las focas "probablemente estaban conscientes cuando fueron despellejadas".

 

 

 

 

Fuente: El Clarín