España.
Se usaron mil 589 toneladas de papel para imprimir 980 millones de papeletas,
sobres y propaganda
Voto electrónico habría salvado 22
mil árboles
Después de elecciones analizan la
importancia del sufragio a la distancia.
DNI electrónico sería clave en una
democracia informatizada.
Aplicar el voto electrónico integral podría ahorrarnos
muchos árboles, tal vez bosques enteros. Así empieza un artículo aparecido ayer
en el portal electrónico del diario El Mundo de España y que llama a la
reflexión sobre el volumen de papel que se utilizó en las elecciones del
domingo para imprimir desde las cédulas de votación, hasta avisos varios,
pasando por los sobres en los que los electores depositan sus votos.
Para la jornada electoral dominical, el Estado hizo imprimir
más de 908 millones de papeletas y documentos equivalentes a mil 589 toneladas
de papel. Esto supone –según el periodista Ángel Jiménez de Luis–
la madera de 22 mil 246 árboles adultos de
Claro, estas cantidades no consideran toda la papelería que
utilizan los partidos tanto para la propaganda de sus candidatos, sobres y
guías de orientación que reparten a sus militantes, etc. Es decir, es muy
difícil precisar la cantidad de papel empleado y los árboles derribados.
Propuestas
El autor del artículo lamenta que en los comicios del
domingo no se haya ensayado el voto a través de internet.
Sin embargo, todo hace pensar que en el futuro el uso de la
tecnología podría ser más patente, pues hay diferentes formas y niveles de
integrar el voto electrónico. La más radical es el voto directo desde una
computadora conectada a internet, mediante una
conexión cifrada y segura.
Esta es una solución que facilitaría la participación en los
comicios a los colectivos con movilidad reducida, a los residentes en el
extranjero e investigadores en otros países.
Un colegio electoral de Toledo probó, junto a otros dos, un
método de transmisión de datos a través de una laptop.
La dificultad de este sistema radica en la verificación del votante. No hay
forma de comprobar que realmente la persona que se sienta al ordenador sea la
que tiene el derecho a votar.
En este caso, el DNI electrónico facilitará su implantación,
ya que dispone de los mecanismos de cifrado e identificación necesarios para
asegurar la fiabilidad. Estos sistemas a menudo generan reticencias entre los
usuarios, ya que sería posible, teóricamente, vincular un voto a una persona.
Para evitarlo se mantienen separadas las fases de identificación del votante y la
votación.
El siguiente nivel es la urna electrónica, un sistema de
votación parecido al actual que requiere que el elector se desplace al colegio
electoral. Una vez allí, sin embargo, la votación se realiza en una máquina
dotada de pantalla táctil y con funciones adaptadas para personas mayores o con
baja audición. El voto se realiza directamente en la urna y se contabiliza
sobre la marcha, aunque algunos sistemas imprimen una papeleta de control que
se deposita en una urna para garantizar que los resultados sean correctos.
Un voto no tan
convencional
Por último existe la posibilidad de realizar un voto
convencional e informatizar el recuento. Las papeletas de este tipo de
elecciones incluirían a todos los candidatos y el votante sólo tendría que
tachar el que le interesa de la lista. Las papeletas se depositan en una urna y
viajan hasta un centro de proceso donde son escaneadas a alta resolución y en
el que se valida el voto.
Las papeletas dudosas – normalmente las máquinas tienen una
fiabilidad cercana al 90% – pasan a un grupo de observadores que se encargan de
verificar la papeleta y decidir si es válida, o si cuenta como un voto nulo.
Fuente: El Peruano