Cancún, cita clave contra el cambio climático

 

Por  Connie Hedegaard

Para 2050, habrá más de 9,000 millones de personas en la Tierra. Para acompañar este aumento en la población sin incrementar el riesgo de un cambio climático peligroso, no nos queda otra opción que concluir la transición a una economía global de bajo carbono. Eso es lo que está en juego en las negociaciones internacionales sobre el cambio climático, y por ello la próxima conferencia de la ONU sobre el clima en Cancún es importante. Es necesario un marco ambicioso y jurídicamente vinculante para una acción climática global. La Unión Europea (UE) estaría dispuesta a acordar esto en la conferencia de Cancún, que empieza mañana. Lamentablemente, otras economías importantes, incluidos Estados Unidos y China, no lo están.
Cancún no será, por tanto, el fin del camino. No obstante, la conferencia puede aún marcar un paso significativo hacia un trato climático global jurídicamente vinculante. Puede –y debe– brindar progreso acordando un paquete de decisiones políticamente equilibrado sobre varios problemas sustanciales que lleven a una acción climática inmediata in situ.
Estas decisiones deberían contener los avances obtenidos hasta ahora en las negociaciones internacionales sobre el clima y establecer algunos elementos importantes de la “arquitectura” del futuro régimen climático global. Deberían basarse en el Protocolo de Kioto e incorporar la orientación política del acuerdo de Copenhague.
En recientes reuniones preparatorias para Cancún he visto voluntad para alcanzar un acuerdo a lo largo de estas líneas. Con la voluntad política, la conferencia puede traducirse en un real avance.
Para la UE, un paquete equilibrado debe incluir el progreso en cuanto a la atenuación de emisiones globales de gas de efecto invernadero.
Los compromisos actuales son un comienzo, pero está claro que no son suficientes para mantener el calentamiento del planeta debajo de los 2°C, como considera necesario el acuerdo de Copenhague.
También necesitamos ver un progreso en Cancún hacia la reforma y la extensión del mercado internacional del carbono para capturar el enorme potencial de ahorro de emisión existente en las principales economías emergentes.
Es clave que los países desarrollados brinden en sus compromisos de “inicio inmediato” financiamiento para ayudar al mundo en desarrollo a luchar contra el cambio climático.
Lograr un paquete políticamente equilibrado no será fácil, pero es asequible. El fracaso, por otra parte, aumentaría el riesgo de que las negociaciones climáticas internacionales pierdan el ímpetu y la importancia. Con voluntad política, Cancún puede tener éxito. Europa trabajará durante las dos semanas de la conferencia para asegurarse de que esto suceda.