En Japón buscan salvar tejido vivo del planeta
Hoy se inicia la 10ª conferencia de las partes sobre diversidad
Regularán repartición de ganancias por explotación de recursos
Los representantes de 193 países se
reúnen a partir de hoy en Nagoya, en el centro de Japón, para esbozar un
plan destinado frenar la erosión de la diversidad biológica o biodiversidad,
algo así como el “tejido vivo del planeta”.
La 10ª Conferencia de las partes de la Convención sobre la diversidad
biológicas reúne durante 12 días el conjunto de los países que firmaron este
tratado adoptado en la Cumbre de la Tierra de Río de 1992.
La sobreexplotación de los recursos, la contaminación, la modificación de
los hábitats, las especies exóticas invasoras y el cambio climático amenazan
a numerosas especies animales y vegetales.
Una especie de anfibios de cada tres, más de un pájaro de cada ocho, más de
un mamífero de cada cinco y más de una especie conífera de cada cuatro están
amenazadas de extinción. El empobrecimiento también afecta a los genes y los
ecosistemas.
¿Qué se puede esperar de la gran misa medioambiental de Nagoya, punto
culminante del año mundial de la biodiversidad, cuando el sabor amargo de la
cumbre de Copenhague sobre el clima en diciembre de 2009 está todavía en
todas las bocas?
En la mesa de negociaciones se encuentran asuntos clave como fijar nuevos
objetivos para frenar la pérdida de especies antes de 2020 y encontrar un
acuerdo internacional sobre la condiciones de acceso de las industrias del
Norte a los recursos genéticos de los países del Sur.
A éstas se suma esbozar la evolución de la ayuda a los países más pobres
para proteger los recursos naturales.
La búsqueda de un marco jurídico para repartir equitativamente los
beneficios logrados por la explotación de los recursos genéticos
–esencialmente plantas, con utilizaciones en la farmacia, la química y la
cosmética– estará en el centro de los debates.
Puntos sensibles
La última sesión de negociaciones sobre el tema, en Montreal a finales de
setiembre, concluyó con una nota pesimista: el texto de una veintena de
páginas que servirá de base para las conversaciones de Nagoya está lleno de
paréntesis que son puntos sensibles que quedan por resolver (campo de
aplicación, efecto retroactivo, etc...).
Publicado por Diario El Peruano (18/10/10).