Ventanas ecológicas
Por Alex Fernández Muerza
Tirar la casa por la ventana, o más bien, la energía. Así ocurre si esta parte
del hogar carece de un buen aislamiento. Los fabricantes proponen en la
actualidad una gran variedad de ventanas que reducen el consumo energético de la
calefacción y del aire acondicionado. Algunos modelos más innovadores, incluso,
generan energía gracias a sus materiales fotoeléctricos. Por ello, elegir una
ventana adecuada no sólo es positivo para la estética y el confort de una casa,
sino también para el bolsillo y el medio ambiente.
El aislamiento que consiguen unas buenas ventanas supone un importante ahorro en
calefacción y aire acondicionado. Según un estudio de la Agencia Estadounidense
de Medio Ambiente (EPA), reemplazar unas ventanas antiguas de un hogar medio por
otras modernas puede suponer un ahorro de hasta 380 euros al año. Por ello,
merece la pena invertir en unas buenas ventanas. Además, algunas comunidades
autónomas conceden interesantes ayudas para la sustitución de las antiguas.
Reemplazar unas ventanas antiguas de un hogar medio puede suponer un ahorro de
hasta 380 euros al año
Los fabricantes de ventanas disponen en la actualidad de una gran variedad de
modelos, materiales y sistemas. Una opción son las ventanas de doble o triple
acristalamiento. El espacio vacío entre sus distintas capas logra una buena
reducción del ruido exterior e incrementa la eficiencia térmica. Lo normal es
que se deje aire entre las capas de los cristales, pero algunos fabricantes
incluyen diversos tipos de gases, como el argón, para incrementar el
aislamiento.
En otros casos se utilizan diversos tintes para filtrar o reflejar la luz y, de
esta manera, mantienen el calor en invierno y lo reducen en verano. Cuanto más
aislamiento se pueda lograr, mejor, pero el precio de la ventana será también
mayor
Los materiales son también variados. El
aluminio es uno de los más económicos, pero también es menos eficiente. La
madera proporciona un estilo tradicional, pero es más cara que el aluminio. La
fibra de vidrio ofrece un estilo único, tiene una eficiencia algo mayor que el
aluminio y es muy ligera.
El vinilo, o PVC, es el material para ventanas más común de la actualidad: tiene
una buena eficiencia energética, es económico, su mantenimiento es sencillo y
está disponible en varios colores y texturas (algunos modelos imitan a otros
materiales como la madera).
Los defensores del PVC sostienen que ayuda al medio ambiente al reducir el
consumo eléctrico y las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Según un estudio
del Laboratorio de Modelización Ambiental de la Universidad Politécnica de
Cataluña (UPC), una ventana de 1,34 x 1,34 de dos hojas con doble a de aluminio
no reciclado sin rotura se traduce en un consumo de 4.413 kilovatios/hora (KWh)
y unas emisiones de 1.935 kilos de CO2. La misma ventana en PVC con un 30%
reciclado supone un consumo eléctrico de 1.740 KWh y unas emisiones de CO2 de
730 kilos.
El avance de los materiales fotoeléctricos ha supuesto la creación de ventanas
que generan energía solar
No obstante, los detractores del PVC aseguran que es contaminante en su
producción, uso y desecho. Al ser un material plástico conlleva todos los
inconvenientes medioambientales del uso del petróleo. Además, utiliza sustancias
organocloradas que no sólo afectan al entorno, sino también a la salud de las
personas. Uno de los elementos que causan el síndrome del "edificio enfermo"
sería el PVC, que también se puede encontrar en tapicerías, suelos, cortinas,
papeles pintados, etc. Si el PVC no se recicla de forma adecuada, acaba en las
incineradoras, que también tienen inconvenientes ambientales.
Ventanas que generan energía
Diversas empresas y grupos de investigación trabajan en diseños de ventanas que
hoy parecen futuristas, pero que dentro de unos años podrían ser habituales en
las casas de los consumidores.
El avance de los materiales fotoeléctricos ha supuesto la creación de ventanas
que generan energía a partir de los rayos solares. Investigadores de la
Universidad de Ciencia y Tecnología de Taiwán, dirigidos por el profesor
Chin-huai Young, han creado un prototipo de cristal para ventanas que produce
energía solar, además de tener una gran eficiencia térmica y de limpiarse a sí
mismo.
La ventana del equipo taiwanés tiene tres capas ultrafinas. Una de ellas se
compone de dióxido de titanio, que limpia las sustancias orgánicas que se
depositan sobre su superficie. La segunda capa lleva silicio y genera la
electricidad, mientras que la tercera capa es el aislante. Según sus
responsables, es capaz de bloquear el 90% del calor, frente al 63% de las
convencionales. La electricidad que producen estas ventanas se podría aprovechar
para pequeños dispositivos electrónicos.
La empresa holandesa Peer +, ha creado la "Smart Energy Glass", una ventana cuyo
vidrio también convierte la luz solar en electricidad. Este modelo, disponible
en varios colores, tiene un interruptor para seleccionar la cantidad de luz que
se quiere dejar pasar. De esta manera, se puede variar desde una posición
transparente hasta otra opaca, que genera una mayor electricidad. De forma
similar, la empresa coreana Kyosemi ha presentado unos paneles solares
transparentes, denominados Sphelar, que también pueden funcionar como ventanas
productoras de energía.
Por su parte, Koolshade es una ventana compuesta de diminutas láminas de bronce
dentro de un marco de aluminio. Las láminas actúan como una especie de
cortinilla que bloquea los rayos solares y evita la entrada de insectos.